La zona del euro intentó este lunes cerrar los últimos flecos del rescate a Grecia tras haberse despertado con la noticia de que el país heleno no podrá cumplir el objetivo de déficit este año y escenificó su división sobre la conveniencia de reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha asumido que Grecia no cumplirá el objetivo de déficit fijado por el FMI y la UE a cambio del rescate, pero ha declinado aclarar si Atenas podrá acceder aún así al sexto tramo de ayuda, que asciende a 8.000 millones de euros.

"Evaluaremos las medidas, revisaremos las cifras y después presentaremos un informe global al Eurogrupo" para que pueda decidir -previsiblemente el día 13- si desembolsa o no la ayuda, dijo.

Los ministros de Finanzas de la eurozona reunidos en Luxemburgo optaron a su llegada por mantener la cautela y se limitaron a recalcar que antes de decidir sobre el próximo desembolso quieren analizar el informe de la troika (la CE, el FMI y el BCE).

La vicepresidenta económica del Gobierno español, Elena Salgado, resumió así el sentir de los ministros: "de lo que va a depender todo es del informe que la troika nos presente cuando termine su trabajo; ésa va a ser la clave", indicó.

El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, quiso tranquilizar a los mercados, que registraron hoy en Europa fuertes caídas, de más del 2 % en algunos casos, por sus dudas sobre Grecia.

"Grecia es un país con dificultades estructurales, pero no es el chivo expiatorio de la zona del euro", afirmó. "Es un país orgulloso" que tiene "potencial y habilidad para salir adelante".

Pese a todos los reveses que sufren Grecia y la zona del euro en su intento de salir de la crisis, el Eurogrupo siguió adelante con su intento de cerrar los últimos flecos del segundo rescate, a saber: la exigencia de Finlandia de que Atenas le dé garantías a cambio de su contribución a las ayudas y la reforma del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).

La ministra finlandesa de Finanzas, Jutta Urpilainen, dijo desconocer si hoy se llegará a un "acuerdo aceptable para todos".

El proceso de ratificación de la ampliación del FEEF, que tendrá una capacidad de préstamo de 440.000 millones de euros, quedará finalizado cuando Holanda, Malta y Eslovaquia lo cierren.

También quedan por definir los aspectos técnicos de los nuevos poderes del FEEF para que pueda dar créditos preventivos a países para recapitalizar bancos e intervenir en el mercado secundario.

Pero ya antes de que haya concluido el proceso, la eurozona debate si conviene remodelar de nuevo su fondo temporal de rescate para aprovechar mejor su capacidad de préstamo sin tener que aumentar las garantías que aportan los países.

Rehn admitió que "estamos revisando opciones para optimizar el uso del FEEF y sacarle más provecho; hacerle más efectivo como cortafuegos para contener el contagio en los mercados financieros".

"En este sentido, el apalancamiento es una de las opciones que estamos actualmente revisando (...) y hay opciones que incluyen el Banco Central Europeo y que no lo incluyen", dijo.

Hay varias opciones que se están barajando, como convertir el fondo en un banco, lo que le permitiría prestar dinero al Banco Central Europeo o garantizar pérdidas de hasta un 20 % sobre deudas soberanas en lugar de comprarlas directamente, entre otras.

Varios analistas consideran que el FEEF no bastará para socorrer a economías grandes como la italiana o la española.

Pero la mayoría de los ministros no quiso especular sobre un eventual apalancamiento, aunque quedaron evidentes sus divisiones.

El titular alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, consideró que "especular de antemano no tiene sentido", sobre todo cuando sólo se han destinado el 10 % de los recursos al rescate de países europeos.

Urpilainen, fue todavía más tajante: "no queremos aumentar la capacidad del FEEF", sostuvo, mientras que su homólogo luxemburgués, Luc Frieden admitió que se trata de una "posibilidad técnica" pero que de momento los 440.000 millones "son suficientes".

Frente a este rechazo, España considera "conveniente" ampliar el FEEF: "considero conveniente que pueda tener más capacidad, pero eso no quiere decir una ampliación cuantitativa", afirmó Salgado.