La economía sumergida, aquella que escapa al control de los gobiernos y de las autoridades tributarias, oscila entre el 10 y el 20 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la Unión Europea (UE), mientras que en España se situaría en la parte más alta de esa horquilla.

Así lo han puesto de manifiesto algunos de los expertos que participaron la pasada semana en Almería en unas jornadas internacionales sobre fraude fiscal celebradas bajo el título ´La lucha contra el fraude fiscal: procedimientos y medidas administrativas y fiscales´.

Varios de estos expertos, tanto del ámbito académico como de la administración, han admitido la dificultad de cuantificar con precisión el fraude fiscal, debido a la propia naturaleza de este delito, pero han coincidido en señalar que se trata de un fenómeno grave que resta muchos recursos a los países.

Por ello, justo en un momento en el que los gobiernos se afanan en realizar ajustes en las cuentas públicas y buscan optimizar al máximo los recursos disponibles, han señalado la necesidad de afrontar este delito desde el ámbito europeo y la cooperación internacional.