Caja España y Caja Duero aprobaron el martes el inicio de un proceso de fusión del que Caja Burgos se desmarcó en el último momento, por lo que la Junta de Castilla y León pidió responsabilidades a los directivos de la entidad burgalesa.

Los consejos de Administración de Caja España y de Caja Duero, en sendas reuniones en León y en Salamanca, respectivamente, acordaron por unanimidad iniciar un proceso de fusión, que se espera que concluya a mediados de 2010. Por su parte, el Consejo de Administración de Caja Burgos fue unánime en rechazar la fusión, al no estar de acuerdo en criterios de reparto de cargos y sedes planteados por las otras dos entidades.

El presidente de Caja España, Santos Llamas, informó que será prácticamente como "empezar de cero" en el proceso, en el que "hay mucho avanzado" pero hay que "refundirlo" y "adaptarlo" a las dos entidades. Llamas confió en que, una vez que lo apruebe la asamblea general, el 30 de junio de 2010 "esté registrada y operativa" la entidad resultante, en aras a "empezar a funcionar a primeros de julio".

Nuevos planes de negocio

Si los plazos continuaran según lo previsto, en "febrero o marzo" de 2010 habrá sendos consejos de administración de carácter "definitivo", en los que ambas entidades votarán si fusionarse o no. En caso afirmativo, aproximadamente en "marzo o abril" se votará en las correspondientes asambleas generales. Por su parte, el presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, declaró que tras desmarcase Caja Burgos del proceso, es necesario estudiar de nuevo los planes de negocio y de viabilidad para la entidad resultante de la fusión.