La economía mundial tiene cada vez más brotes verdes, pero el sector inmobiliario español se adentra paso a paso en las profundidades gélidas del invierno. Lo corroboran los últimos datos del Ministerio de Vivienda, que documenta que en el primer semestre de este año se vendieron 217.589 pisos y casas en toda España, una cifra tan escasa que marca un nuevo mínimo histórico en la estadística. Y ya van cinco semestre consecutivos de mínimos históricos. Al alcanzado ahora se llega tras un drástico recorte en las ventas, que entre enero y junio de este año fueron un 31,1% inferiores que en en 2008, cuando, por otro lado, las ventas ya marcaron el peor resultado de la historia.

Los mejores resultados para el sector se registraron en el primer semestre de 2006. Eran tiempos en los que el ladrillo era oro y la construcción, una mina. Por eso se llegaron a vender 485.836 viviendas en solo seis meses, más del doble de las que las agencias y constructoras colocaron este año. Desde entonces el volumen de ventas no ha cesado de encogerse. Y lo hace cada vez más deprisa. Cuando parecía que las estadísticas de 2008 marcarían el suelo del sector más castigado por la crisis, el primer semestre de 2009 confirma que el fondo del agujero del ladrillo está lejos.

Sobre todo en Balears. Porque si la caída en el conjunto de España es dura, la que sufren las islas es de vértigo: las ventas descendieron un 43,5%, casi once puntos más que la media nacional. Solo Castilla- La Mancha (-39,4%), Islas Canarias (35,6%) y Valencia (35,5%) se aproximan al hundimiento balear. Semejante desplome relega al sector inmobiliario isleño a la peor posición del ránking: en cabeza de la lista de descensos de ventas.

Pero no todo son sombras en el sector. Pese a la descomposición brutal del primer semestre de 2009, si se bucea en las cifras trimestrales se observa una cierta recuperación: entre abril y junio el mercado compró un 7,8% más viviendas que entre enero y marzo. La mejoría es leve, sí, pero es. Aunque no convence al sector. "La situación sigue siendo crítica pese a ese repunte", advierte a Europa Press el presidente de la Asociación de Promotores y Constructores, José Manuel Galindo

La patronal avisa además de que la caída no cesará hasta que el mercado absorba el stock de pisos sin vender (cercano al millón). Cuando eso ocurra, la construcción, dicen, estará en condiciones de volver a carburar y a generar empleo. Claro que para llegar a ese momento, aún queda. Según Galindo, ni siquiera el "esfuerzo" realizado por constructores y promotores para facilitar las ventas con fuertes descuentos anima a los compradores. Y cuando los anima, son los bancos los que se encargan de frustrar la operación, cerrar el grifo y dejar al sector en un duro invierno sin brotes verdes.