La compañía, sexta del sector automotriz en Japón, registró además hoy pérdidas por operaciones, en su actividad ordinaria, de 29.600 millones de yenes (221 millones de euros), a pesar de los esfuerzos de recorte de gastos, según un comunicado.

Las dos pérdidas contrastan con el beneficio neto de Mitsubishi entre abril y junio del año pasado, que fue de 10.300 millones de yenes (77 millones de euros), y el beneficio por operaciones de 9.900 millones de yenes (74 millones de euros).

Las ventas de este fabricante se vieron seriamente dañadas por los efectos sobre la demanda de la crisis económica global, según Mitsubishi, que vendió entre abril y junio un total de 213.000 vehículos en todo el mundo, un 32 por ciento menos que en el mismo periodo de 2008.

Sus ventas, que experimentaron descensos en todas las regiones, generaron 259.100 millones de yenes (1.937 millones de euros), un 58 por ciento menos que en el segundo trimestre del año pasado.

En Japón las ventas cayeron un 21 por ciento hasta las 31.000 unidades a pesar de los incentivos del Gobierno nipón para los compradores de vehículos ecológicos, en Norteamérica vendieron un 42 por ciento menos hasta las 21.000 unidades, y en Europa sus ventas se resintieron un 47 por ciento, hasta las 49.000 unidades.

Para el actual año fiscal el fabricante mantuvo sus previsiones del pasado abril en las que se apuntaba a una caída de sus ventas del 13 por ciento con respecto al ejercicio anterior, hasta los 932.000 vehículos.

Mitsubishi Motors había previsto además para este ejercicio fiscal un beneficio neto de 5.000 millones de yenes (37 millones de euros) y un beneficio por operaciones de 30.000 millones de yenes (224,2 millones de euros), frente a sendas pérdidas del año anterior.