"Es muy probable" que "un mayor número de trabajadores fijos acabe siendo despedido" debido a la crisis económica, añade el Banco de España en su último Boletín Económico.

Indica también El Banco de España en el citado boletín que los mecanismos de ajuste del mercado de trabajo español frente a la crisis económica "no funcionan de forma adecuada", tal como refleja la evolución de la tasa de desempleo.

Señala que la destrucción de puestos de trabajo en España está siendo "más acusada" que en otros países desarrollados, aún teniendo en cuenta las peculiaridades del caso español, como es el peso del sector de la construcción.

El organismo supervisor critica la "excesiva segmentación" del mercado laboral, que "aúna una muy elevada protección para el colectivo de trabajadores con contrato indefinido con una amplia gama de modalidades de contratación temporal, con costes de extinción muy reducidos".

Al respecto señala que el coste del despido para un trabajador fijo en España es "más del doble" que el de la media de los países de la OCDE, mientras que para los trabajadores temporales la indemnización por finalización de contrato es "nula".

Por ello, recomienda que los mecanismos de contratación "permitan conjugar una adecuada protección del empleo" con la "flexibilidad" que demandan las empresas para lograr un "ajuste más eficiente y equitativo" ante la crisis.

Estima que así se contribuiría a mejorar la productividad y al cambio de modelo productivo al tiempo que advierte de que las "distorsiones" del mercado laboral no sólo se manifiestan en períodos recesivos, sino también en épocas de expansión a través de una "excesiva temporalidad y precariedad del empleo".

El organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez también aprecia "complejidades" en el sistema español de pago de prestaciones por desempleo, y dice que existen umbrales "mínimos y máximos".

Señala que por un lado están los trabajadores con contratos temporales, cuyas prestaciones se situarían por debajo de la medida de la OCDE, y en el extremo opuesto los contratos indefinidos, con prestaciones "relativamente generosas", superiores a la media de los países más desarrollados.

El Banco de España critica que la introducción del contrato temporal "sin causa justificada" en 1984 haya generado una dualidad de contratos con diferencias "elevadas en la protección del empleo".

Así, pese a reconocer que ese contrato contribuyó, en su momento, a aliviar el desempleo de larga duración y favoreció la contratación de nuevos colectivos, cree actualmente "desplaza las necesidades de ajuste de las empresas" hacia el despido de trabajadores temporales.

Según cálculos del organismo supervisor, "es muy probable" que "un mayor número de trabajadores fijos acabe siendo despedido", debido a la crisis económica.

Sobre el actual sistema de negociación colectiva, este organismo critica que tenga una "elevada indiciación a la inflación", es decir que la evolución de los precios se refleje siempre en los salarios, y que presente una "escasa sensibilidad de los salarios a las condiciones cíclicas".

Dice que el nivel de negociación colectiva es "intermedio" porque el grueso de los convenios que se firman son sectoriales con ámbito geográfico provincial y recomienda que el sistema sea menos "rígido" y facilite un mayor ajuste de los crecimientos salariales.

Por todo ello, reitera que un "diseño más adecuado" de las instituciones del mercado de trabajo podría "mejorar" la capacidad de reasignación del empleo entre sectores, empresas o regiones, lo cual facilitaría una "salida más rápida" del desempleo.