Fuentes comunitarias confirmaron hoy a Efe que los países han encargado la tarea al Comité europeo de supervisores bancarios (CEBS, en sus siglas en inglés), un organismo consultivo formado por representantes de las autoridades nacionales de supervisión (por ejemplo, el Banco de España en el caso español).

Los ministros de Finanzas de los veintisiete países comunitarios serán informados de las conclusiones de esta prueba ("stress test") en la reunión informal que celebrarán el 25 y el 26 de septiembre en Gotemburgo, bajo la próxima Presidencia sueca de turno de la UE.

Según las fuentes consultadas, el Comité Económico y Financiero (CEF, una formación técnica de la UE que cuenta con un representante de los gobiernos y bancos centrales de los Estados miembros) lleva tiempo preparando el examen, que debe aclarar si hace falta elevar las exigencias de capital a los bancos.

En principio, la prueba se limitará a los "bancos trasnacionales de importancia sistémica", aunque lo más probable es que no se centre en entidades concretas, sino en el conjunto del sistema, precisaron las fuentes.

De esta manera, la UE sigue el ejemplo de Estados Unidos, donde las autoridades decidieron someter a los diecinueve mayores bancos del país a un test de resistencia para calcular sus potenciales pérdidas futuras y determinar si deberían elevar su capital.

La evaluación concluyó que diez de esas diecinueve entidades necesitan, en total, cerca de 75.000 millones de dólares adicionales para garantizar su solidez en caso de que la crisis se agrave.

Bank of America fue el que salió peor parado de la prueba, ya que necesita 33.900 millones de dólares, seguido de Wells Fargo (13.700 millones) y Citigroup (5.500 millones).