Punto de inflexión, brotes verdes, cambio de ciclo, indicios positivos, rayos de esperanza y salidas del pozo: cada economista lo explica de un modo, pero casi todos coinciden en el fondo de la cuestión: la recuperación económica ya está en marcha. O eso creen los mismos que no vieron venir la peor crisis financiera en casi un siglo. Algunos de ellos se solaparon ayer en el análisis. El primero en hacerlo fue el gobernador del Banco de España, reunido en Basilea con otros responsables de regulación monetaria de la Unión Europea, que también se dieron al optimismo y a las metáforas primaverales. Lo hizo el habitualmente parco y comedido presidente del Banco Central Europeo, que después de poner a funcionar la semana pasada la máquina de hacer dinero para inyectar liquidez al mercado financiero, ayer aseguraba que la economía mundial ha llegado a "un punto de inflexión", aunque hay que seguir "alerta".

Volviendo a las metáforas, la del pozo es muy gráfica: según Trichet, la economía ha llegado al fondo del mismo agujero del que hasta hace unos días desconocía la profundidad, por lo que ahora solo queda empezar a subir a la superficie en busca de aire. "Hay cierta cantidad de buenas noticias en el mundo. Vemos ciertas mejoras en muchos mercados financieros", abundaba Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, en una declaración que alivia por las "buenas noticias" pero acogota por ese "ciertas" que suena a poco claro.

Las bolsas marcan el paso

Aunque no hay que ser gobernador de ningún regulador monetario para hacer esa evaluación. Los datos que llegan de los mercados hablan solos: las principales bolsas avanzaron en ocho semanas entre un 35% y un 50%, un salto tan largo que se basta solo para justificar el optimismo. Hay otro dato que da alas: en el peor primer trimestre para la economís en décadas, las bolsas han salido con ganancias. Modestas, sí, pero ganancias cuando más arreciaba la tormenta.

¿Ha llegado entonces la "primavera de la recuperación" de la que hablan los economistas más dados a la poesía? Pues eso dicen. "Como mínimo podemos decir que la marcha descendente se está moderando, y eso ya es un síntoma de mejora", explica el presidente de la Asociación Española de Banca, Miguel Martín, que recuerda que los datos indican que el crédito empieza tímidamente a fluir. "Eso dicen las últimas encuestas del Banco de España y el BCE, y eso también es un signo", añade, antes de arrojar un poco de invierno sobre la primavera de la recuperación: "Pero hay que reestructurar el sector financiero antes de que se genere ansiedad", dice, metiendo prisa al Gobierno de los "brotes verdes".

¿Estanflación?

De vuelta al pozo, el director de coyuntura económica de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas), Ángel Laborda, explica en el artículo En el fondo del pozo, publicado en el último número de los Cuadernos de Información Económica, que lo peor que podía suceder ya ha sucedido. En su opinión, las peores caídas de demanda, producción y empleo se produjeron ya en el primer trimestre. Y como más bajo no se puede caer, pues solo queda subir. Pero despacito, que la primavera de la recuperación viene tibia: según Laborda, la crisis financiera, el ajuste inmobiliario y la baja demanda exterior frenarán la marcha.

El análisis de Laborda se parece mucho (muchísimo, en realidad) al del magnate, inversor y gurú de la especulación George Soros, que le dice a un diario alemán tres cosas: que la "caída libre se ha detenido" y la recuperación está en marcha; que la mejoría será lenta y hay riesgo de estanflación (o traducido: crecimiento nulo e inflación, o sea, sueldos que valen cada vez menos); y tercero y último, que al final de la crisis, solo se habrá recuperado la mitad del terreno perdido. O volviendo a la primavera de las metáforas: los brotes verdes ya despuntan, pero la planta será más bien pequeña y tardará en dar fruto.