¿Se puede?

Claro que se puede. Llevamos cinco partidos con la portería a cero, dos empates y tres victorias. En teoría el primer tirón lo hemos hecho, pero nos quedan todavía partidos muy importantes. Hay muchos enfrentamientos directos de aquí a final de temporada y sabemos que si hacemos los deberes podemos salvarnos.

¿De qué pueden presumir ahora que no podían presumir antes?

Lo importante era coger una buena dinámica. El equipo nunca ha tenido falta de actitud, pero hemos perdido muchos partidos en los últimos minutos. A día de hoy contamos con una contundencia en las salidas que antes no teníamos. En esta parte final del campeonato quedan muchos enfrentamientos entre equipos de la parte baja de la tabla, todo eso invita al optimismo.

Mandiola dice mirar poco los resultados que cosechan el resto.

En realidad solo puedes fijarte en tu partido, en cumplir tú. Pero una vez sacas un resultado positivo de tu encuentro, lo lógico es echar un vistazo al resto. Estamos en una dinámica positiva y tenemos el objetivo más cerca que nunca, cuando parecía todo desahuciado, se puede creer.

Cinco encuentros consecutivos sin encajar un solo tanto. ¿Esa es su principal baza?

Creo que es la suma de una gran contundencia y un pizca de suerte. En los últimos partidos hemos adelantado líneas. Tanto el otro día ante el Hércules, como en el encuentro del pasado domingo en Sagunto, corría el minuto 85, e íbamos a apretar, en ningún momento nos fuimos atrás. Ese paso adelante, junto a nuestra valentía, es lo que nos ha conducido a lograr las últimas victorias.

¿Se nota la mano de Mandiola sobre el terreno de juego?

No me ha gustado nunca desprestigiar a ningún entrenador, porque creo que todos intentan hacer lo mejor para el grupo, pero sí es cierto que cada técnico tiene unos matices y en este caso Manix lo que consigue es motivarnos. Mandiola te lleva en volandas, te recuerda que esto es solo fútbol, que mañana vuelve a salir el sol y consigue quitarte presión.

Desde su llegada, el técnico vasco no ha pasado desapercibido. ¿Dentro del vestuario actúa de la misma forma?

Siempre. No hay día que no te suelte alguna perla, los chavales jóvenes son los que más le sufren. Consigue hacer vestuario, un aspecto muy importante en la situación en la que nos encontramos. Esa pequeña bromita te resta presión justo antes de un encuentro y sales al campo menos nervioso. Ojalá siga soltando perlas cada fin de semana, si eso viene acompañado de buenos resultados.

¿El ambiente en el que hoy en día convive este vestuario es muy diferente al que se vivió con Armando de la Morena?

Desde el principio de temporada tuvimos muchos problemas a todos los niveles, no solo en el ámbito técnico. Los jugadores también tuvimos mucha parte de culpa por la situación en la que entramos. Todos fuimos responsables del momento. Creo que la plantilla, con el paso del tiempo, se ha dado cuenta de los errores que se cometieron. Cuando todo el mundo nos daba por muertos, varios jugadores cogimos el vestuario y nos dijimos que esto lo teníamos que sacar hacia adelante y eso es, al menos, lo que vamos a intentar.

¿Cuál ha sido el momento más crítico que ha vivido el equipo a lo largo de la temporada?

Seguramente tras el partido ante el Elche en casa. Fue un momento muy duro por cómo se dio el resultado, pero al día siguiente salió el sol. Solo pensé en que todo esto se podía levantar. El grupo creyó y ahora lo más difícil está hecho, el volver a meternos de lleno en la lucha por la salvación.

En lo personal, usted lo ha tenido fácil. Confianza ciega de los tres técnicos en su figura.

Durante mi carrera deportiva me he comido banquillo en más de una ocasión, pero soy de los que piensa que un entrenador siempre intenta hacer el mejor once posible. Siempre intento hacer mi trabajo lo mejor que puedo. Con De la Morena y con Horacio no pude aportarles todo lo que hubiera deseado porque fueron destituidos. Eso me duele porque para mí la destitucion de un técnico es también un fracaso personal.

Si hace un mes le hubiera preguntado si firmaba jugar el play-out, no creo que lo hubiera dudado, ¿a día de hoy lo firmaría?

Esta conversación la tuve con unos compañeros la semana pasada, antes de ir a Sagunto, y ya dije que no lo firmaba. Tenemos la estructura necesaria para sacar esto adelante. Cuando no tienes mimbres, cuando no tienes de dónde tirar, es muy complicado. Pero el Baleares ha demostrado que, con jugadores como Xisco o Fullana, con futbolistas como Rovirola o Canario, hay esperanza. A día de hoy no firmaba un cara a cara con otro equipo por la permanencia, apuesto por la salvación directa del equipo.

¿Qué tanto por ciento de culpa tiene Xisco en esta dinámica que atraviesa el equipo?

Xisco aporta muchas cosas. Soy de los que piensa que dentro de un equipo debe haber perfiles de todo tipo: futbolistas con calidad, jugadores con entrega? En el equilibrio está el éxito. Con la llegada de Xisco tenemos ese último pase que echábamos en falta, te cede balones con suficiente ventaja como para que puedas aprovecharlos. Un futbolista con esas características se nota.

¿Y Fullana? ¿El vestuario no se ha sublevado todavía contra su capitanía?

No, no (ríe). Fullana es el jugador franquicia del club. La casualidad ha hecho que en los tres encuentros de esta temporada en los que he llevado el brazalete de capitán se haya logrado la victoria, pero todos tenemos claro que él es el futbolista que más y mejor representa los valores de este equipo. Fullana es un grandísimo capitán, un gran compañero, nadie tiene ninguna duda. Evidentemente hemos bromeado sobre el asunto, pero muy a mi pesar, 'Fulli' es insustituible.

Anímicamente el equipo ha marcado un punto de inflexión, potenciado quizás por la ayuda de su ya archiconocido piscólogo.

(Ríe). Debo aclarar que estuvo de baja pero, por lo que sé, nada tuvo que ver con que estuviera estresado, ya conocéis las perlitas de Manix. El psicólogo es una pieza fundamental que aporta su granito de arena. Está claro que, mientras más gente se una a remar, más fácil saldrán las cosas.

Viendo su trayectoria, ¿qué le ha dado el Baleares para retenerle durante tres temporadas?

Es cierto que siempre he sido algo trotamundos, excepto en Valladolid, donde estuve cinco años, en el resto de equipos no he estado más de dos temporadas. He sido un jugador al que siempre se le han presentado muchos retos, pero aquí llevo ya tres años y me queda otro, me siento muy bien.

Poniéndose en el peor de los casos, ¿se ve el año que viene defendiendo los colores blanquiazules en Tercera?

No me lo he planteado. He hablado con representantes que me han preguntado por mi situación en caso de descenso, y a todos les he dicho lo mismo. Estoy metido de lleno en sacar esto adelante, porque me quiero quedar aquí, lo digo así de claro. Además tenemos que estrenar un estadio nuevo y, me cago en la mar, llevo tres años jugando en Son Malferit. Me apetece mucho jugar en el Estadi Balear en Segunda B.

¿Cómo ha engañado esta plantilla a la afición balearica para ganarse su apoyo pese a los resultados cosechados?

Me quedo alucinado. Es muy difícil que una afición responda así de bien tras la temporada que hemos realizado. Nunca se ha escuchado en Son Malferit un pitido de más. En dinámicas negativas como las que hemos vivido, las críticas del aficionado solo habrían hecho que hundirnos más. Aquí tenemos la suerte de haber contado siempre con su apoyo.

Y ustedes responden como pueden: regalando entradas y viajes para el aficionado.

Sí, es una iniciativa que tuvimos en el vestuario, precisamente por el apoyo que nos han brindado a lo largo de toda la campaña. Solo pueden acompañarnos veinte personas, evidentemente nos gustaría que fueran muchas más, pero dentro del plantel hemos hecho lo que hemos podido.

A nivel de club, el Baleares no es que digamos un club muy típico.

Lo definiría como un tanto especial. Es evidente de que se trata de una directiva algo atípica para un club de Segunda B, pero ellos intentan lo mismo que todos, hacer su trabajo lo mejor posible. En este club nos hemos equivocado todos y en muchas cosas. Para solventar la papeleta, lo único que podemos hacer es mantener la categoría.

Con 30 años, ¿es pronto para hablar sobre qué habrá después del fútbol?

Son cosas que te planteas, de hecho el año que viene me gustaría empezar a sacarme el carnet de técnico. Soy una persona a la que le encanta el mundo del deporte y que disfruta con cualquier disciplina. Aunque sea un tapón, me gusta jugar al baloncesto y me crezco en esas situaciones. Espero seguir vinculado a todo este mundo, estoy seguro de que será así.