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Tenis

Nadal emerge en tierra

Tras más de dos meses de baja por lesión, el número uno del mundo regresa en plena forma y con un mensaje inequívoco a sus rivales: sigue con hambre de victorias y dispuesto a pelear por todos los títulos en arcilla, el primero en Montecarlo

Nadal emerge en tierra

Volvió a la competición oficial el viernes como si nada. Como si no hiciera más de setenta días que está en el dique seco, alejado de las pistas desde que el fatídico 23 de enero se lesionara en el psoas ilíaco en el quinto set de los cuartos de final del Abierto de Australia ante el croata Marin Cilic. Nadal meditó mucho su presencia en la eliminatoria de cuartos de Copa Davis ante Alemania y, tras unos entrenamientos más que satisfactorios, decidió que jugaría.

Y lo ha hecho de maravilla. Por si quedaba alguna duda de su estado, ante Philipp Kohlshchreiber y, sobre todo, contra Alexander Zverev, número cuatro del mundoob, ha demostrado el tenista de Manacor que ha regresado con fuerza y con todas las ganas del mundo para intentar repetir la temporada de tierra del año pasado. No será fácil. A priori, prácticamente imposible, aunque cuando Nadal está por en medio resulta arriesgado hacer un pronóstico a la baja.

Ante los dos jugadores alemanes demostró que, hoy por hoy, hay muy pocos rivales que le puedan presentar batalla sobre polvo de ladrillo. La victoria ante Kohlschreiber se daba por hecha -el balance de sus enfrentamientos era de 14-1 para el mallorquín-, y había más dudas ante Zverev. Pero ya en el primer set, el ganador de dieciséis grandes puso las cosas en su sitio con un 6-1 inapelable. El segundo y el tercero se los adjudicó por un doble 6/4, mejorando sensiblemente las prestaciones ofrecidas en su partido del viernes.

Nadal, que en sus manifestaciones describe a la perfección su estado de ánimo, se mostró contento tras su partido ante Zverev: "Estoy satisfecho por el nivel de mi juego", aseveró el mallorquín, a quien le ha ido de perlas la semana en Valencia, con entrenamientos diarios y, principalmente, los partidos de competición. Aunque todavía está falto de ritmo, que cogerá con el paso de las semanas, parece que llega en buena forma a la primera cita de la temporada europea de tierra, el Masters 1.000 de Montecarlo, que empieza el próximo lunes y donde defiende título. De hecho, defiende la friolera de 4.680 puntos en la gira de arcilla por sus triunfos en Mónaco, Barcelona, Madrid y Roland Garros el año pasado. Solo en Roma falló al ser eliminado en los cuartos de final, el único torneo donde puede sumar.

Su brillante temporada en tierra, muy difícil de repetir, provocará casi con toda seguridad que pierda el número uno logrado el pasado 2 de abril ya que la diferencia con respecto a Roger Federer -ausente de las pistas hasta el inicio de la temporada de hierba-, es únicamente de cien puntos, una renta demasiado exigua.

"Llevo unos meses complicados en el aspecto físico y estos dos claros triunfos contra rivales de alto nivel, especialmente Zverev, es una inyección de moral y energía", comentó un Nadal contento por su rendimiento y por la alegría que se llevó su amigo David Ferrer, que sumó el punto definitivo de la eliminatoria.

Ausente Federer, otro que reducirá mucho su presencia en tierra batida es el argentino Juan Martín Del Potro, ganador este año en Indian Wells y Acapulco, finalista en Auckland y semifinalista en Miami. El tenista de Tandil, con un balance de 21 victorias y cuatro derrotas este año, ya anticipó que estará en Roland Garros y quizás algún torneo previo, que bien podría ser el Masters 1.000 de Madrid. Así, sobre el papel, el gran rival en tierra batida de Nadal podría ser el austríaco Dominic Thiem, séptimo del mundo, que se reservó y no participó en Miami debido a una lesión en la cadera.

El entrenador de Nadal, Carlos Moyá, ha manifestado estos días en Valencia que si las lesiones respetan a su pupilo "estará en condiciones de luchar por todos los títulos".

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