El Urbia Voley Palma perdió ayer en Son Moix algo más que el primer partido de las semifinales por el título. El Unicaja Almería se convierte en el primer verdugo de los mallorquines como locales desde su ascenso a Superliga tras remontar una desventaja de dos sets (2-3) en un final de encuentro marcado por polémicas decisiones arbitrales muy protestadas por el técnico local Marcos Dreyer. La eliminatoria, al mejor de cinco partidos, continúa hoy en el Palau con la disputa del segundo punto (18:00).

El equipo mallorquín se anotó los dos primeros sets gracias a su saber hacer en el tramo decisivo de ambos actos con un parciales incontestables de 7-2 para cerrar el primero (25-20) y 8-2 para hacer lo propio en el segundo (25-22). Unicaja logró darle la vuelta al partido hasta cortar la racha de catorce partidos de imbatibilidad en el Palau. El equipo de Piero Molducci se adjudicó la tercera (17-25) y cuarta manga (21-25) para forzar el desempate. Las protestas arbitrales locales en el desenlace del cuarto set, con ventaja de 20-19, les descentraron hasta el punto de ver Alejandro Fernández una tarjeta roja.

En el 'tiebreak' el Urbia desaprovechó una renta de dos puntos (10-8) encajando un parcial de seis a uno definitivo para sus aspiraciones (12-15). Marcos Dreyer confesó sentirse "frustrado por decisiones arbitrales", agregando que "no suelo poner excusas a las derrotas, pero al final del partido los colegiados me han reconocido que se han equivocado con un balón fuera, otro block-out y con las dobles". El brasileño reconoció que "costará recuperar anímicamente a los jugadores".

tras una derrota en estas circunstancias".