El ciclista mallorquín Enric Mas, del equipo belga Quick Step, conquistó ayer su primer gran triunfo en el circuito de carreras del UCI World Tour, al imponerse en la meta de la sexta y última etapa de la Vuelta al País Vasco, con meta en el alto del Santuario de Arrate, sobre la ciudad guipuzcoana de Eibar. Una cima icónica del ciclismo euskaldun.

En meta, Enric Mas afirmó que "esta victoria es muy especial, porque es la primera como profesional World Tour". "Espero que esto no termine aquí, estoy muy contento con este triunfo, que es un paso adelante en mi carrera", declaró con satisfacción. Al tiempo que admitió abiertamente que "quería ganar esta etapa y estoy feliz de haberlo conseguido".

Con apenas 23 años, y llamado a ser uno de los sucesores de Alberto Contador en la lucha por la general de las principales vueltas por etapas del calendario internacional, Enric Mas resistió el acoso que a lo largo de los seis últimos kilómetros de la etapa le han planteado los ciclistas del Movistar Team, caso del vasco Mikel Landa y el colombiano Nairo Quintana.

El profesional de Artà exhibió una gran fortaleza para resistir en cabeza de carrera en solitario, con una ventaja de 12 segundos sobre Landa, tras dejar de rueda a los tres compañeros de escapada junto a los que encaró la ascensión final. Antes había formado parte de una avanzadilla de trece unidades que afrontaron en cabeza de carrera la mayor parte del recorrido de la etapa reina de la ronda, que incluía hasta ocho puertos de montaña.

El importante rendimiento de Enric Mas, además de ofrecerle la victoria de etapa en Arrate, le permitió hacerse con el premio de la clasificación de los jóvenes, concluir en el t op ten de la general de la Itzulia, concretamente en sexta posición, a 3:29 minutos del vencedor, el esloveno Primoz Roglic. Y también le concedió ser reconocido como el hombre más combativo de la jornada definitiva.