Otro gallo le cantaría al Atlético Baleares si Xisco Hernández no se hubiera lesionado media temporada. Tiene jerarquía, magia en las botas y sabe lo que tiene que hacer en un momento en el que a otros futbolistas le quemaría el balón. Quizá no bastará para evitar el descenso, pero ayer los blanquiazules ganaron tres puntos ante el Hércules que dotan de autoestima a un grupo que la necesita y que todavía cree en la permanencia, tal y como demostró en este Domingo de Pascua. El mallorquín sirvió el balón en un lanzamiento de falta para que Gustavo Allés, tan discutido, con razón, desde el primer minuto de su llegada, metiera la cabeza para batir a Falcón. Pero este triunfo, el tercero de la campaña en Son Malferit, es de todos. Porque los de Mandiola cuajaron una buena actuación en defensa, sin los errores que le han llevado a esta penosa situación, y aprovechó una de las ocasiones que tuvo. Y, a veces, con eso es suficiente. La salvación, a falta de seis encuentros, sigue siendo complicada, pero la realidad es que no es imposible. Las matemáticas todavía le dan un cierto margen ya que se quedan a cuatro puntos de la promoción, que fija el Formentera, y a seis de la permanencia, que marca el Olot. Lo que es seguro es que este triunfo ante el Hércules, un histórico venido a menos, debe servir para seguir creyendo en el milagro.

El Atlético Baleares ha cuajado un gran inicio de partido y Xisco, titular por primera vez después de estar cuatro meses lesionado, estrelló un balón en el larguero a los tres minutos. Y justo después, tras un fabulosa acción de contraataque, Canario desbordó en la banda, combinó con Xisco, que asistió a Kike López y, tras regatear al central, se topó con el cuerpo de Falcón. Canario, otra vez, centró y Kike López, muy activo, remató con la espuela, pero la zaga lo despejó. La afición balearica había visto los mejores minutos en mucho tiempo, pero también le tocó sufrir porque los alicantinos se adueñaron del balón, aunque con poca elaboración. Lo cierto es que Aulestia tampoco estuvo muy exigido. Un tiro de José Fran, un cabezazo de Moha y, sobre todo, un disparo de Miñano desde la frontal del área, tras un mano a mano de Tarí que había despejado el meta, asustaron a los locales, que se habían defendido con oficio, con un Vallori omnipresente.

En la reanudación el Hércules también mostró una marcha más que los baleares, pero eso no se tradujo en un gran peligro. Eso sí, David Torres marcó, pero el tanto fue anulado por fuera de juego, al igual que el de Kike López, en el minuto sesenta y tres. Entre una acción y otra se produjo una jugada que levantó de sus asientos a los aficionados. Xisco controló con el pecho un centro desde la banda y remató de tijera, desde el interior del área, a las manos de Falcón. El Baleares se animó y, después de que se le anulara un tanto a Kike López, llegó el éxtasis.

Xisco, tras un magistral lanzamiento de falta, puso el balón en la cabeza de Allés, que se adelantó a su marcador para anotar. Lo mejor es que los isleños supieron resistir las ofensivas a la desesperada de los visitantes, ninguna con mucho peligro, para lograr un triunfo vital para las esperanzas de salvación. Esta capacidad de sufrimiento es el camino a seguir. No queda otra.