El reinado de Lewis Hamilton (Mercedes) en la Fórmula 1 vuelve a ponerse a prueba este fin de semana con el Gran Premio de Australia, primera cita del Mundial a la que Fernando Alonso (McLaren) y Carlos Sainz (Renault) llegan ilusionados por sus nuevos monoplazas con los que aspiran a mejorar sus prestaciones.

El circuito urbano de Albert Park, tradicional punto de partida del campeonato en Melbourne, pondrá fin a meses de probaturas y dejará unas pinceladas más que importantes en el cuadro general de este Mundial 2018.

Hamilton, ganador de tres de los últimos cuatro títulos -el otro se lo llevó el retirado Nico Rosberg- y su escudería Mercedes, reina absoluta de la F1 desde 2014, tratarán de extender una 'dictadura' que ya dura lo mismo la anterior, impuesta por Red Bull entre 2010 y 2013.

A sus 33 años, el piloto británico ocupa el tercer escalafón del palmarés histórico, empatado a cuatro títulos con Sebastian Vettel y Alain Prost, y de sus palabras se desprende que mantiene la ambición intacta para sumar el quinto e igualar al argentino Juan Manuel Fangio. Por delante ya solo quedarían los siete entorchados de Michael Schumacher.

Las 'flechas plateadas', en las que también repite el finlandés Valtteri Bottas, vuelven a partir como claras favoritas como han demostrado en pretemporada, una época de probaturas en la que Ferrari y Red Bull se han vuelto a erigir como aspirantes, repitiendo la situación en la zona noble de los últimos años.

En 2017, Vettel logró mantener la igualdad con Hamilton durante la primera mitad del campeonato, pero nada pudo hacer en la segunda y la emoción se acabó esfumando. El alemán, que espera que el mano a mano dure más tiempo esta temporada, volverá a compartir 'Scuderia' con Kimi Raikkonen, renovado pese a que no ganó una carrera en todo el año pasado.

También repite alineación Red Bull con Max Verstappen y Daniel Ricciardo, que brillaron con cuentagotas logrando tres victorias entre los dos. El equipo austriaco sigue confiando en el holandés y el australiano, quien ya ha dejado claro que no descarta un cambio de aires a final de temporada si no puede luchar por el título.

Sistema Halo, menos motores y neumáticos

Más allá de estas tres escuadras que se han repartido los triunfos durante las últimas temporadas, el mayor foco está puesto en McLaren, el segundo equipo más laureado en la historia de la F1, pero cuya sequía de títulos se alarga ya una década.

Tras romper su acuerdo con Honda, los ingleses se han puesto en manos de Renault, que ya suministraba motores a su propia escudería y a Red Bull, para tratar de reverdecer viejos laureles. El equipo de Fernando Alonso, que ya ha demostrado una notable mejoría en pretemporada, vuelve a ser la gran incógnita de la parrilla, aunque su esperanza sí parece justificada ahora.

En la zona media se vuelve a esperar a la escudería Renault, en la que Carlos Sainz se estrena desde el inicio tras disputar con la marca del rombo las cuatro últimas carreras de 2017. El objetivo de la marca será mejorar el sexto puesto del último Mundial de constructores.

Entre el resto de novedades, destaca la presencia de dos debutantes, el ruso Sergey Sirotkin (Williams) y el monegasco Charles Leclerc (Sauber), y algunas variaciones importantes en los apartados técnicos.

Destaca sobremanera el sistema Halo, una barras de titanio situadas frente a la cabeza de piloto para protegerle en caso de accidente. Además, solo se podrán usar tres motores en vez de cuatro a lo largo de la temporada y, en los neumáticos, Pirelli ha introducido los compuestos hiperblando y superduro, que aumenta de cinco a siete el tipo de gomas disponibles.

Con todos estos ingredientes más lo que añada Liberty, actual propietaria del 'Gran Circo' que poco a poco le va cambiando la imagen a la competición, se espera un año muy interesante con 21 carreras -vuelven los Grandes Premios de Francia y Alemania- y expectativas renovadas para la afición española.

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  • GP de Australia (domingo, 7.10 h.)

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