Los números del Atlético Baleares en Son Malferit son para ponerse a temblar, pero este domingo necesita olvidarse de las estadísticas y centrarse en ganar al Sabadell como el único resultado posible. No queda otra si quiere aferrarse a la salvación, que ahora queda lejos, pero que no es inalcanzable, ni mucho menos. Porque los mallorquines están a cuatro puntos de la promoción de descenso, que fija el Peralada, y a seis de la permanencia, que marca el Llagostera. Quedan treinta y seis en juego, por lo que hay margen, pero todo eso pasa por tumbar a los arlequinados para empezar a enderezar el rumbo.

Los blanquiazules solo han ganado uno de los doce encuentros que han jugado ante su afición, con ocho empates y tres derrotas. Unos números de descenso a Tercera sin discusión, pero que todavía se pueden maquillar, aunque sea un poco. Eso sí, el Sabadell, que está en tierra de nadie en la clasificación, ha arrancado quince puntos como visitante, con victorias ante el Elche (0-1), Llagostera (0-2) y Olot (0-2). No obstante, esto ahora debe dar igual. Los de Manix Mandiola, en el estreno del técnico vasco, dejaron escapar el triunfo hace dos jornadas en el descuento, precisamente frente al Elche, pero mostraron una imagen como local que invita a la esperanza. El empate, por mucho que se enfrente al equipo que más lleva de la competición, con la friolera de quince, solo sirve para empezar a mentalizarse de que el desastre es posible.