Que Mallorca no acoja los cuartos de final de la Copa Davis debería hacer reflexionar a todos los estamenos implicados. Se hace difícil imaginar que una comunidad que cuenta con el hasta ayer número uno del mundo y uno de los mejores tenistas de la historia no aproveche la oportunidad que se le presenta para acoger una eliminatoria del torneo de la Ensaladera. Solo en Mallorca es posible. Tanto Govern como el sector hotelero, sobre todo de Alcúdia, donde debía celebrarse el duelo contra Alemania, han tenido una mirada corta y no han sabido valorar como se merece una competición que hubiera reportado beneficios incalculables a nivel de imagen. Los errores han sido de bulto y la falta de comunicación entre el Govern y la Federación Balear mayúscula. De lo contrario no se entienden las recriminaciones mutuas por medio de comunicados. Ante la ausencia de músculo económico y la falta de implicación del sector hotelero, Toni Ferragut, presidente de la FTIB, debería haber dado marcha atrás. Nadie le hubiera podido recriminar nada. Si alguien ha luchado por que Mallorca acoja la Davis ese ha sido Ferragut.
Sastre, otra vez decisivo. El defensa de Porreres volvió a ser decisivo para el Mallorca. Si ante el Ontinyent fue clave con el gol de la victoria, ayer fue objeto del penalti que dio origen al tanto de Bonilla. El Mallorca mereció marcar antes. Pero qué más da. El equipo vuelve a sumar de tres en tres y la afición ya empieza a contar las semanas que faltan para sellar la primera plaza y disputar el play off de ascenso. El grupo de Moreno va a velocidad de crucero.
El efecto Mandiola pincha. Pese al empate ante el Elche, fueron muchas las ilusiones entre los aficionados del Atlético Baleares por el cambio de imagen que había dado el equipo con la llegada de Manix Mandiola. Pero todas se fueron al traste ayer con la derrota en Olot ante un rival directo por la permanencia. El palo es muy duro de aceptar. El equipo blanquiazul ofreció muy poco y hay que empezar a pensar que, además de los entrenadores, lo que realmente falla es la calidad de la plantilla. El director deportivo Patrick Messow deberá dar muchas explicaciones a final de temporada, tanto si se mantiene la categoría como si no.
El Iberostar Palma lleva una trayectoria similar al Atlético Baleares. El cambio de técnico, Félix Alonso por Xavi Sastre, no está dando resultado. Ayer, ante el Palencia, encajó su sexta derrota consecutiva para una única victoria en ocho partidos. Unos números de descenso para una temporada inexplicable porque, dicen los que entienden, la plantilla no es tan mala para ser vicecolista.
Pesic. El entrenador serbio, superados los 60, ha obrado el milagro. Porque de otra manera no se puede definir lo que ha conseguido con el Barcelona en apenas diez días al frente del equipo. De hacer prácticamente el ridículo en cada partido a campeón de Copa del Rey, derrotando en la final al mismísimo Real Madrid, ganador de las cuatro últimas ediciones. Pesic se merece un monumento.
Está empezando a dejar de ser noticia que el Palma Futsal, en los grandes partidos, llene hasta la bandera el Palau de Son Moix. Quien esto escribe nunca había visto el recinto palmesano hasta los topes como el pasado viernes. Ni un asiento libre quedaba para ver al conjunto mallorquín frente al Movistar Inter. Por encima del resultado, Miquel Jaume, Tirado y compañía han conseguido que ir a ver al Palma Futsal sea una fiesta.
