De nuevo un cruel final para el Atlético Baleares que estrenaba entrenador en la persona de Manix Mandiola, que estuvo a punto de hacer realidad aquel dicho del fútbol que cada vez se incumple más, "entrenador nuevo, victoria segura". Los hombres del técnico guipuzcoano estuvieron a un tris de ganar en Palma al todopoderoso Elche del añorado Josico, pero en el tiempo de descuento un gol del veteranísimo Nino hizo que dos puntos vitales para los palmesanos volaran del estadio de Son Malferit.
La imagen del equipo balearico ha mejorado, tal vez por aquello de que todos quieren reivindicarse y ganarse el puesto cuando hay un nuevo timonel, pero lo evidente es que el proyecto blanquiazul precisa de victorias de tres puntos para salir del atolladero en que anda metido el club de Volkmann. Tal vez con una semana más de trabajo se pueda revertir la situación. La salvación sigue a la misma distancia tras las derrota ayer del Olot en Santa Eulalia y la victoria del Peralada ante el Sabadell.
ganar sufriendo y por insistencia
El Mallorca tiene un grave problema con la disciplina arbitral y no es solo cuestión del partido de ayer. El número de tarjetas que ven los jugadores de Vicente Moreno llama la atención. De hecho, ya hay más de un jugador que ha cumplido su primer ciclo de cinco amarillas esta temporada y se ha perdido un partido. El de ayer ante el Llagostera fue toda una demostración. No es nada normal irse a los vestuarios con seis tarjetas amarillas y una roja, por mucho que algunos quieran buscar la excusa de las deficiencias en el arbitraje.
El Llagostera salió ayer a desquiciar a los jugadores rojillos -ayer de blanco- buscando a base de artimañas romper el ritmo del juego, pero eso es algo en lo que el Mallorca no debe caer nunca. Partidos como los de ayer habrá muchos, no en vano para muchos rivales sacar un punto ante el líder es toda una hazaña. El Mallorca no supo en ningún momento llevar la iniciativa y jugadores que deben tomar el mando del juego, como Salva Sevilla, estuvieron o desafortunados o desaparecidos. Lo mejor de ayer sin duda es que el equipo de Moreno sumó un punto más, pese a jugar con diez durante toda la segunda mitad por la expulsión de Aléx López, que merece una reprimenda más alla de la sanción federativa que le espera.
TARJETA ROJA A LOS INDIGNADOS por una blanca
El otro hecho singular de la semana ha sido la controversia provocada después de que un jugador infantil del San Francisco, Logan Smith, viera al final de un partido una tarjeta blanca por defender a la joven colegiado María del Mar Sampol, que recibió constantes y reiteradas protestas por parte de los jugadores del equipo rival. Lo que ha llamado la atención ha sido la santa indignación del equipo rival, que hizo pública una nota en la que hababa de que el reconocimiento al pequeño jugador había sido un acto de promoción de este galardón sin que hubiera "un motivo justificado".
Tal vez ahí esté la raíz del problema, que también en estas categorías base hay directivos y padres que consideran normal que haya presión, en forma de protestas o insultos, en "un encuentro que enfrentaba a dos equipos posicionados en la parte alta de la clasificación, disputado con la tensión propia de un encuentro de esta envergadura" y en la que la colegiado del encuentro "solo enseñó dos tarjetas amarillas". Lo que se debería hacer en los clubes, en lugar de buscar excusas, sería trabajar para que cada vez sean más los padres que piensen menos en que su hijo es un remedo de Messi o Ronaldo, que creen que solo importa la victoria y que consideren que lo más importante a estas edades es lograr una educación basada en los valores de respeto al contrario, en la que no caben las amenazas, los gritos o los insultos al rival o al árbitro de turno.
