Disfrutar del entorno privilegiado que nos ofrece la isla puede resultar una experiencia aun más especial. Sincronizarse con la naturaleza nunca había sido tan real como cuando indagas entre los caminos y montañas junto a un animal. Una de las opciones más acertadas para realizar este sueño sensorial son las rutas a caballo. La grandeza y robustez de estos animales se abre paso por las montañas para acompañar a todo aquel que se preste a domar sus lomos equinos.

La zona de Formentor es uno de los paraísos más destacados de Mallorca. Una mezcla perfecta entre montaña y mar, como si de tocar el cielo en el punto más remoto de la mayor de las Balears se tratara. Con infinidad de apariciones en catálogos y artículos especializados en paisajes y ubicaciones destacables, Formentor alberga uno de los ranchos de caballos que ofrecen el servicio de rutas de caballos en Mallorca: el Hípica Formentor. Esta empresa dedicada a la equitación ofrece rutas por la Serra de Tramuntana más septentrional con una filosofía volcada en el cuidado y trato natural de todos sus animales. "Todos los caballos trabajan descalzos y sin bocado", aseguran.

"El manejo del casco equino sin herraduras y la cabezada sin bocado son las últimas tendencias de los seguidores del bienestar animal", añaden desde el rancho de caballos.

Aunque suene muy tentador, las rutas no se realizan cada día. Ni en cualquier época del año. La actividad, por norma general, se realiza desde octubre hasta mayo, ya que el verano mallorquín, con temperaturas al alza año tras año, imposibilita y castiga la función de los caballos. Se reserva su compañía a épocas más frías.

Uno de los platos fuertes de Hípica Formentor son sus "viajes a la cima del mundo", unas excursiones de tres días que combina modalidades de galope, visitas a pueblos y comidas típicas mallorquinas. Unas convivencias selectas que permiten descubrir toda la zona norte de Mallorca en compañía de los demás participantes y de los caballos.

Desde Hípica Formentor a CampanetCampane, Lluc, Galilea; monasterios y jardines; subidas y bajadas hasta llegar a Pollença y su antiguo puente romano, donde tras tres días de sincronización con tu caballo y el entorno natural, es hora de descansar disfrutando de un último café en grupo. No deja a nadie indiferente.

Para realizar esta aventura de tres días, es necesario tener un mínimo de experiencia aunque, aseguran, "todos los caballos son amables y calmados". Sin embargo, el establo también ofrece vueltas de 90 minutos, clases y mediodías de montado que culminan con un 'tapeo' o incluso cenas.

También ofrecen equitación especial para niños, principiantes y jinetes con experiencia.

Para regalar, para disfrute propio, o para vivirlo con amigos, las rutas a caballo son, sin duda, una manera de disfrutar desde una perspectiva privilegiada de la Tramuntana y sus rincones más bonitos. El cuidado natural de los animales y la amabilidad de sus propietarios y compañeros de ruta hace que la experiencia se multiplique favorablemente.

¿Quién no ha querido ir hasta el fin del mundo y contemplar su inmensa belleza a lomos de estos majestuosos animales?