La historia de los encuentros entre el Real Mallorca y el Atlético Baleares está exageradamente teñida de bermellón. Los blanquiazules jamás han podido ganar en ninguno de los dieciocho encuentros que se han disputado con los bermellones como local en ningunda las categorías en las que se han enfrentado. De hecho, el balance es contundente ya que los resultados se reparten entre diez triunfos y ocho empates. Todos estos encuentros se han disputado en dos estadios, tanto el de Bons Aires como el Lluís Sitjar, que solo existen en la retina de los aficionados. De ahí que el encuentro que se disputa esta mañana en Son Moix sea el primero en su historia ya que el feudo rojillo data de 1999 en un momento en el que el Mallorca estaba en Primera y el Baleares en Tercera.

El choque de hoy es el primero oficial en treinta y ocho años con los ´barralets´ como anfitrión, por lo que son muchas las generaciones de mallorquinistas y balearicos que jamás han vivido un duelo entre los dos equipos, más allá del de la primera vuelta en Son Malferit que se saldó con empate a cero. En aquella ocasión el duelo, disputado en el Lluís Sitjar en la temporada 1979/1980, finalizó con empate a uno en el marcador en un partido que se disputó en Tercera División.

Eso sí, salvo contadas excepciones, los derbis disputados con el Mallorca como local siempre han tenido un marcador ajustado, tal y como se puede observar en la tabla que adjunta este texto. Curiosamente el resultado más abultado fue el primero, que se disputó en la temporada 1942/43 en el desaparecido Bons Aires, cuando los locales aplastaron al Atlético Baleares por un contundente 6-1. En la campaña 1951/1952, con ambos conjuntos en Segunda División, el Mallorca venció por 2-0, mientras que en la Copa, en el curso 1952/1953, también ganaron los bermellones por 4-2. Al curso siguiente el resultado, en la Copa Presidente, fue de 2-0. Estos son los únicos marcadores en los que hay más de un gol de diferencia entre los dos equipos.

Los mallorquinistas esperan que esta exitosa estadística en los derbis como local se mantenga, mientras que los balearicos sueñan con romperla de una vez. Es la salsa del fútbol.