Rafel Nadal se clasificó por la vía rápida para la segunda ronda del Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, tras arrollar este lunes en su debut al dominicano Víctor Estrella en tres sets por un triple 6-1. Iguala de esta manera su mejor estreno en un grande, el triple 6/1a Roth en Roland Garros 2016 y el 6/0, 6/3, 6/0 a Ginepri, también en París dos años antes.

El mallorquín, finalista el año pasado de este torneo y con una imagen en su vestimenta que recordaba a sus primeros años de esplendor con sus recordadas camisetas sin mangas, no dio opciones en el que era su primer partido oficial tras más de dos meses, desde que cayera en su debut en la Copa de Maestros ante el belga David Goffin y poner fin a la temporada para curarse de su tendinitis en la rodilla derecha.

Después de no poder jugar desde su abandono en las Finales de la ATP del mes de noviembre y centrarse más en afinar su físico, el número uno del mundo estrenó la temporada pasando a toda velocidad en la noche australiana de la Rod Laver Arena para citarse en la segunda ronda con el argentino Leonardo Mayer, al que ha ganado en sus cuatro enfrentamientos, con trabajo en el último, en el pasado US Open, donde el mallorquín le ganó por 3-1.

El de Manacor sólo cedió tres juegos en lo que fue un debut prometedor. Sin su versión más deslumbrante, Nadal arrolló a su veterano rival, de 37 años, al que nunca se había medido y al que apenas concedió alguna alegría salvo la de la rotura que le endosó en el segundo parcial para evitar el 'rosco'.

Fue la única concesión al servicio de Nadal, que sólo perdió 17 puntos con su saque y al que le faltó algo más de atino con su golpe de derecha desde el fondo de pista, ya que acumuló once errores no forzados en un encuentro cómodo y que le sirvió para ir cogiendo más ritmo.

En apenas 24 minutos, el primer cabeza de serie en Melbourne había solventado el primer parcial e iba por el mismo camino en el segundo cuando se topó con la mayor resistencia en todo el encuentro de su rival, que no quería encajar un 6-0. Estrella levantó dos bolas de set y logró su única rotura en su sexta oportunidad para alegría suya, de su cuerpo técnico y del público. No le sirvió de demasiado para alargar algo más el partido porque Nadal le endosó seis juegos seguidos y cerró el choque sin aspavientos en una hora y 34 minutos. No hubo rival delante. Estrella solo devolvía reveses cortados, un recurso que no le funcionó ante el número uno, ni ningún otro.

Fue una victoria sin brillo, de la que se pueden extraer muy pocas conclusiones porque el partido fue lo más parecido a un entrenamiento con público. Lo importante es que Nadal vaya cogiendo sensaciones después de presentarse en Melbourne sin ningún torneo previo. Y que la rodilla no se resienta. Ayer pasó el trámite sin alardes.