El Atlético Baleares y Horacio Melgarejo afrontan este mediodía en Son Malferit (12:00 horas) un partido decisivo para su futuro. El Formentera, que llega con la moral altísima tras su gran actuación en la Copa del Rey, calibrará el estado de ánimo y de fútbol de un conjunto palmesano que, además, comparece casi en cuadro a un derbi balear que podría hundirle hasta las plazas de descenso si no es capaz de ganar.

La victoria, un objetivo que esta temporada todavía no ha conseguido en su estadio el Atlético Baleares. Un conjunto blanquiazul que, para más inri, solo ha ganado tres partidos este año y que suma diez jornadas sin vencer. Hoy el partido es todo un desafío para la plantilla.

Inmerso en plena crisis, tanto de resultados como de juego, el Atlético Baleares se juega buena parte de su futuro en el derbi ante el Formentera. En un partido que, según todas las previsiones, se disputará con bastante frío, el ambiente estará, sin embargo, muy calentito en Son Malferit. Dentro y fuera del terreno de juego.

Si en el césped los dos equipos pugnarán por tres puntos vitales, ya que están luchando por el mismo objetivo de la permanencia, mucho más se juega el técnico Horacio Melgarejo y bastantes cosas varios futbolistas balearicos.

El entrenador argentino tiene la espada de Damocles sobre la cabeza. Su continuidad en el banquillo pende de un hilo, marcado con el único signo de la victoria. Otra cosa es que un empate, si el equipo juega muy bien y los astros se conjuran, calme los ánimos del presidente Ingo Volckmann.

Tanto o más que el técnico se juega parte de la plantilla. Al jefe no le temblará la mano si tiene que mover alguna pieza. Quedan quince días de mercado y nadie está a salvo, porque en las oficinas del club están más decepcionados con el rendimiento de los jugadores que con el trabajo realizado por Armando de la Morena o el propio Melgarejo, los dos entrenadores que hasta ahora han dirigido el equipo.

Muy distinta es la situación en el Formentera, pese al enfado en el último mes del entrenador Tito García Sanjuan, que se quejó de tener una plantilla muy corta.

Su gran actuación en la Copa del Rey -esta semana fueron eliminados por el Alavés en octavos de final- y su posición en la tabla, a siete puntos del descenso, invitan al optimismo a una plantilla que es consciente de que puntuar hoy en Son Malferit les permitiría dar otro paso más hacia la salvación, su gran objetivo.

Dos equipos mermados

Los dos equipos llegan al duelo muy mermados. Las bajas por sanción (Fullana y Manu) y por lesión (a las ya conocidas de Klaus, Xisco y Rodri se sumó ayer la del delantero Gerard Oliva) han obligado a Melgarejo a convocar a tres juveniles: repite el portero José Tomás y se estrenan Oncola y Luis Ramis. El Formentera llega con 16 jugadores, entre ellos el esloveno Kotnik (su último refuerzo, que podría tener minutos), ya que son baja varios titulares y Liñán rescindió su contrato el viernes.