Diario de Mallorca

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Minuto 91

Milagro en Son Moix

Pol Roigé tuvo una actuación para olvidar.

Después de ver repetido una y mil veces el remate a puerta vacía de Clotet en el último segundo del Mallorca-Peralada, más difícil se hace pensar que la pelota no entrara en la portería de Reina. En la magnífica ilustración de Tooru Shimada de la portada del ejemplar que tiene en sus manos, se ve la cara de asombro del guardameta mallorquinista, que parece no dar crédito a que el balón saliera despedido. Tras esa acción se acabó el partido. Y una sensación de alivio recorrió todo el estadio porque lo que, en condiciones normales un empate ante un equipo en descenso hubiera sido un mal resultado, hay que dar el punto por bueno, incluso magnífico.

El Mallorca tiene un problema. Lo sabe el bueno de Vicente Moreno, pero de momento no está dando con la tecla para solucionarlo. No gana un partido desde mediados de noviembre y ayer sumó su quinto empate consecutivo, la mayoría de ellos logrados ante equipos de la zona baja de la clasificación. No resulta exagerado afirmar que la primera plaza corre serio peligro. Los trece puntos que llevaba de ventaja sobre el Villarreal B se han reducido a cinco, una diferencia todavía jugosa pero que ya deja poco margen de error. Es una evidencia que el equipo presenta ahora muchas carencias, y ya nadie tiene claro que se vaya a subir, y menos como primero de grupo. Al equipo le cuesta marcar y concede demasiadas ocasiones de gol. No siempre se tendrá la fortuna de ayer, con dos palos que evitaron la primera derrota de la temporada.

Melgarejo no está siendo la solución en el Atlético Baleares. Un punto de doce suma el técnico argentino, y no está resultando el revulsivo que se esperaba tras la triste trayectoria de De la Morena. El equipo blanquiazul no está en descenso por un gol, el que erró Clotet en el último suspiro ante el Mallorca. Lo del Baleares empieza a ser preocupante. Superado el ecuador del campeonato, el único objetivo debe ser la permanencia. Ahora mismo, salvo cambio radical, y rápido, pensar en otras cosas suena a utopía.

¿Realmente vale Coutinho 160 millones de euros? Seguramente no. De hecho, ningún futbolista los tendría que valer. Se ha llegado a tal punto de obscenidad en este negocio llamado fútbol que todo se ha salido de madre. Desde hace tiempo. Lo del Fair Play financiero de la FIFA es una milonga que nadie se cree. Tras gastarse esta millonada indecente en el brasileño, ahora se habla de que el Barcelona irá a por Griezmann, que no costará cuatro euros, precisamente. La escalada del precio del mercado futbolístico es imparable. Cualquier medianía cuesta una fortuna. No lo es Coutinho, por supuesto, una gran jugador. Pero nadie debería pagar esta cantidad por ningún futbolista.

El partido de la Liga. De momento, y sin discusión, es el que protagonizaron el Sevilla y el Betis el sábado. 3-5 fue el resultado final, en una locura de encuentro, con constantes alternativas. Con partidos como este, a Serra Ferrer, flamante vicepresidente deportivo del club del Heliópolis, le pegará un patatús.

La frase de la semana la pronunció ayer el entrenador del Iberostar Palma, que por culpa de la nieve pasó un calvario para llegar a su punto de destino, Valladolid. Félix Alonso ha llegado a la isla tras entrenar en Suecia donde, dijo en su cuenta de Twitter, en el país nórdico, donde nieva día sí, día también, nunca le había ocurrido lo que ayer, cuando el autobús del equipo quedó atrapado en la carretera junto a otros miles de vehículos. El partido pudo disputarse, aunque, eso sí, con una hora de retraso.

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