Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Motociclismo

Dar gas como deseo para el año 2018

El motociclismo balear ha cerrado una temporada 2017 sin carreras de velocidad - Los pilotos solo han podido competir fuera de la isla

Imagen de una carrera del Regional de minivelocidad en 2016. fbm

El título mundial logrado en 2017 por Joan Mir, en la categoría de Moto3, que se une a los cinco que ya tiene en su palmarés Jorge Lorenzo -en 250cc y MotoGP- ha certificado un año más el gran nivel que tiene el motociclismo balear en cuanto a pilotos, pese a que la salud de este deporte no es la mejor.

Así lo atestiguan gran cantidad de los pilotos, técnicos y hasta aficionados al deporte de las dos ruedas en Mallorca. Una legión de fanáticos que tienen que suplir sus ganas de ver motos a las carreras que se dan por televisión o a las concentraciones de mototurismo que se desarrollan en la isla.

Con un tercer piloto en el Mundial de 2017 ­-Augusto Fernández, en Moto2- y más de una docena de jóvenes compitiendo en los distintos campeonatos nacionales, por no hablar de la aventura de Ángel Poyatos en Japón o la ya habitual presencia de Pedro Vallcaneras en el Mundial de Resistencia, ha llamado la atención en el año recién finalizado la ausencia de un Campeonato de Balears de velocidad.

Ni siquiera las pruebas de minivelocidad tuvieron sitio en 2017 en Mallorca, en donde existe solo un gran circuito -el de Llucmajor- y varios de categoría inferior ( más cortos y pequeños), que ahora mantienen el olor a gasolina y el ruido de motores gracias a las carreras de karting.

El calendario aprobado en la Asamblea de la Federación Balear de Motociclismo incluía para el año 2017 un total de nueve pruebas en circuitos: ocho del Campeonato de Balears de minivelocidad (5 anuladas y 3 aplazadas, de las que no se ha vuelto a saber nada más) y una del Regional de Resistencia (también aplazada).

Todo un contraste con lo que se vivió en 2016, año en el que se celebraron carreras de los Autonómicos de minivelocidad, Resistencia, Velocidad, pruebas sociales y hasta tandas de entrenamientos. Incluso, el campeonato DS, promovido por la escuela de David Salom, expiloto del Mundial de Supersport.

“Este hecho no se debe repetir, porque puede suponer un paso atrás para el motociclismo mallorquín”, considera Sebastià Crespí, presidente del Moto Club Escuderia l’Ofre de Santa María y hace unos años en la junta directiva de la Federación Balear, quien considera además que la “crisis económica ha influido bastante en esta situación”.

“Es una pena”, reconoce el piloto Kike Ferrer, que el pasado año no corrió en los campeonatos nacionales. “No perjudica a los pilotos que compiten a nivel nacional, porque no suelen correr en Mallorca, pero sí es verdad que si no hay carreras se apaga un poco la afición”, concluye.

El motociclismo balear arranca 2018 con grandes esperanzas en cuanto a la presencia de los pilotos mallorquines que correrán en el Mundial o los Campeonatos de España, pero con un deseo principal: volver a dar gas en los circuitos.

Compartir el artículo

stats