El Iberostar Palma anunció ayer que apuesta por el técnico Félix Alonso para ser el sustituto del dimitido Xavi Sastre. Como ya informó DIARIO de MALLORCA, este preparador era el mejor colocado para tomar las riendas de los palmesanos hasta final de temporada.

El leonés, de 44 años, llega esta noche a la isla y dirigirá su primer entrenamiento mañana a las 9:30 horas en Son Moix, para ser presentado después, a las 11:45, en la Inmobiliaria Palmer de El Molinar.

No hay tiempo para perder ya que, como así lo expresó ayer el presidente de la entidad Guillem Boscana, el técnico se sentará en el banquillo en el trascendental duelo del sábado (20 horas) ante el Ourense en el Palau d'Esports.

"Muchas gracias por la confianza. Espero que mi dedicación, capacidad y compromiso estén a la altura de vuestras exigencias", escribió anoche el entrenador en su cuenta de Twitter. En este mensaje evidencia que es plenamente consciente de las urgencias que vive el conjunto mallorquín, que ha firmado un nefasto inicio de curso al solo haber ganado cinco partidos y haber perdido diez.

Alonso, que estaba dirigiendo al KFUM Nässjö de la Primera División sueca, cuenta con experiencia en competiciones FEB como ayudante, de técnicos prestigiosos como Paco Olmos, y como entrenador jefe. En su currículum aparecen equipos como el Zamora, Los Barrios, Melilla o Jovent d'Alaior, donde dejó un buen sabor de boca.

A esto se le suma experiencia en el extranjero, como en Estados Unidos, donde fue entrenador ayudante del New Mexico Lobos de la primera división de la NCAA (liga universitaria americana).

También cumplió con creces con su trabajo en la liga portuguesa, primero con el modesto Sampaense y después con el Ovarense, uno de los equipos con más tradición del país y que llegó a luchar por discutir la hegemonía del Oporto y el Benfica. En 2016 aceptó la propuesta del KFUM Nässjö de la máxima categoría sueca, equipo con el que trabajaba hasta que le llegó la llamada del Iberostar Palma.

Sin desvelar todavía el nombre del elegido, Boscana ya deslizaba lo que le va a pedir al nuevo entrenador: "Han sido tres días en los que he tenido que cargar el móvil dos veces cada día. Lo que espero es que acierte con la medicina para conseguir sacar al equipo del lugar en el que está".

Además, el presidente aprovechó la ocasión para recordar la importancia del partido ante el colista Ourense. "El sábado nos jugamos la vida", dijo con el rostro muy serio, por lo que espera que la afición responda y que el equipo pueda empezar a reaccionar con una victoria vital. Las plazas de play-off están a dos triunfos, por lo que queda margen para la reacción, pero no se pueden producir más regalos.