"Encajamos goles que no debemos recibir y estos errores nos cuestan puntos". Estas palabras de Felipe Paradynski las pronunció el sábado en La Salobreja después del empate ante el Jaén (3-3), pero se podrían haber escuchado en muchos de los partidos que se llevan de temporada.

El Palma Futsal empezó la segunda vuelta sacando un punto en un pista muy complicada y frente a un rival directo, pero sigue evidenciando su enorme irregularidad en estos primeros meses de competición. En el ambicioso proyecto de este verano no entraba en los planes del presidente Miquel Jaume y del director deportivo José Tirado que los verde pistacho ocuparan a estas alturas de competición la séptima posición, con veinticinco puntos, a once del cuarto Osasuna Magna.

Hay margen de sobra para enderezar el rumbo porque la mirada sigue puesta en llegar lo más arriba posible, pero los mallorquines deben mostrarse mucho más centrados en defensa, con desaciertos impropios de jugadores de este nivel, y con más puntería en ataque. El Palma Futsal ha perdido agresividad y ya ha demostrado, sobre todo como visitante, que es capaz de lo mejor y de lo peor, por mucho que siempre compita. Eso sí, esta temporada ya no sirve como excusa congratularse por haber combatido. Es cierto que como local, a excepción del empate ante el Ríos Renovables Zaragoza (5-5) y el Jaén en el estreno de la Liga (3-3), cuenta sus partidos por victorias, pero su rendimiento baja notablemente cuando coge el avión. Derrotas que no entraban en los planes como las de Segovia (5-2), que está en la parte baja, o Cartagena (4-2), contrastan con victorias que invitaban al optimismo como la de Osasuna (2-3) o Peñíscola (3-5). Caer ante ElPozo (2-0), Movistar (5-3) y Barcelona (6-3) y entra dentro de la lógica, por mucho que en la plantilla haya un convencimiento de que si se hacen las cosas bien se puede hacer daño a los grandes. Pero este rendimiento desigual no solo tiene una explicación técnica, sino que incluso el técnico Antonio Vadillo puso el dedo en la llaga tras caer en la anterior jornada en Cartagena. "Ahora mismo somos un equipo sin alma", se lamentó el jerezano, consciente mejor que nadie de la situación y que no se mostró tan descontento tras igualar en Jaén. "Tenemos que recuperar la ambición de ganar y la agresividad del inicio", dijo el mismo día el capitán Carlos Barrón en un momento en el que se espera que haya servido de punto de inflexión.

De momento han empezado la segunda vuelta arrancando un punto en un partido en el que se podrían haber llevado los tres, decisiones arbitrales aparte. Este viernes se presenta una gran oportunidad para elevar su autoestima con la visita del todopoderoso Barcelona (IB3 Televisió/ 20 horas), un encuentro en el que se espera un Son Moix a rebosar y que serviría para cambiar la tendencia. "Tenemos que pensar que estamos con nuestra afición y que necesitamos vencer para que los equipos de arriba no se distancien mucho", reflexiona Paradynski. Con la Copa de España y la lucha por el play-off por el título en mente, este Palma Futsal debe encontrar su equilibrio de una vez. Con tantos bandazos es complicado subir puestos en la clasificación.