En clave mallorquinista, 2018 solo puede ser mejor que 2017. Peor es imposible. Aunque ahora únicamente vemos al equipo como indiscutible líder de su grupo en Segunda B, lo cierto es que el año que finaliza ha sido nefasto para el Mallorca, con el descenso de categoría, una Tercera disfrazada, digámoslo claro. Todo lo que no sea recuperar la Segunda A el próximo mes de mayo deberá ser calificado de fracaso. Estrepitoso.
El Mallorca va por buen camino. Ha alcanzado el ecuador del campeonato invicto y líder destacado. Pero este panorama tan alentador no debe restar ni una pizca de importancia al hecho de que el equipo sumó ayer, ante el colista, su cuarto empate consecutivo. Es una realidad que el equipo atraviesa por un bache, de resultados, pero sobre todo de juego. Ahora mismo no le alcanza para superar a los rivales, con el agravante de que los últimos han sido de la zona de abajo. Las importantes bajas de Ferran -hasta la próxima temporada- y de Lago -ausente un mínimo de tres meses-, deben ser suplidas en el mercado de invierno. Pol Roigé está lejos de estos dos y Bryan Reyna apunta maneras, pero todavía está muy verde para un equipo con aspiraciones de ascenso.
Peor es el panorama del Atlético Baleares. Cuatro puntos de los últimos 27 es el mejor resumen de la errática trayectoria del conjunto blanquiazul, que de momento se salva por los pelos de entrar en plazas de descenso. Horacio Melgarejo no está sirviendo de revulsivo tras la etapa De la Morena. Tras la cruel derrota ante el Cornellà la semana pasada, posiblemente en un castigo excesivo, ayer volvió a decepcionar, lo que se tradujo en una merecida derrota ante el Ebro. Con los resultados en la mano -dos derrotas y un empate en los tres partidos con el técnico argentino al frente-, suena a precipitado el anuncio del club de confirmar la permanencia del técnico hasta final de temporada. Ya se sabe que en el fútbol mandan los resultados y si estos no acompañan el entrenador tiene todas las de perder. Y Melgarejo, como no lo fue De la Morena, no será una excepción.
La amenaza de la FIFA a España con dejarle sin Mundial de Rusia ha sido una de las noticias de la semana. Seguramente quedará en nada porque se hace difícil pensar que se atrevan a dar el paso de expulsar a la selección española, con un título de campeón del mundo. El motivo, las injerencias del Gobierno de Rayol en las elecciones a la presidencia de la Federación Española. La FIFA entiende que cada federación debe tomar sus decisiones de manera independiente, y no se ha hecho en este caso. Lo que no debería olvidar el máximo organismo internacional es que fue un juez el que arrestó e inhabilitó a Villar para el cargo de presidente por delitos muy graves. Si el Gobierno ha metido mano para que, después de 28 años de Villar en la presidencia, se produzca un cambio, bienvenido sea, con amenazas de la FIFA o sin ellas.
Un 10 para Tòfol Castanyer. El atleta solleric se merece el mayor de los aplausos por su iniciativa de correr 190 kilómetros por la Serra de Tramuntana para recaudar fondos para Pau Jaume, un joven de Sóller que sufre la enfermedad de Duchenne, una distrofia muscular que empeora de forma rápida. El objetivo era alcanzar 15.000 euros. Dicen quienes esperaban al atleta a la llegada en la plaza principal de Sóller que el ambiente, por emotivo, fue espectacular. Después de 32 horas corriendo, Tòfol exhibió la mejor de sus sonrisas por una buena causa. Felicidades.
