Se busca campo de césped natural para entrenamientos de fútbol durante la campaña 2018/19. Este podría ser, sin ir más lejos, el mensaje que lanzara el Atlético Baleares en los próximos meses. El club blanquiazul tiene en mente reservar el nuevo Estadio Balear únicamente para los partidos oficales, por lo que, ante dicha decisión, se topan con la cruda realidad de no contar con un espacio en condiciones donde poder realizar las sesiones preparatorias del primer equipo.

La decisión de colocar moqueta natural en el nuevo Estadio Balear, un césped que será sufragado por el Ajuntament, traerá consigo una nueva preocupación para el conjunto mallorquín. El ente blanquiazul quiere evitar a toda costa el deterioro de la futura superficie por lo que su intención es que la primera plantilla solo use el coliseo en los días de partido, pudiendo aprovecharlo también durante la sesión previa al día del encuentro.

Son Malferit, de tapiz sintético, podría ser utilizado las semanas que se juegue en estadios con dicha superficie, pero para los encuentros como local, el club quiere que el primer equipo llegue lo mejor adaptado posible a las circunstancias.

De hecho, el principal motivo que ha provocado el retraso de la apertura del Estadio Balear ha sido precisamente la implantación del césped, el cual se colocará entre marzo y abril de 2018. En un primer momento, el club había apostado por mantener la actual moqueta, que fue instalada en 2006 y que pese a su abandono, solo necesitaba unos parches y la retirada de los cristales que la bañan; pero finalmente, y debido al poco tiempo con el que se iba a contar para colocar el césped natural tras finalizar la actual campaña, se optó por retrasar la inauguración del campo y controlar los tiempos lo mejor posible.

La moqueta que actualmente cubre el Estadio Balear, y que ya derivó de una inversión que realizó Cort en 2006 de un millón de euros, tan solo fue utilizada por el Atlético Baleares durante siete campañas, por lo que el club ha tomado la decisión de reutilizarla para cubrir los taluds de terreno que rodearán todo el recinto; una práctica que, por ejemplo, ha usado el Badalona en su nuevo estadio, para ocultar las gradas superiores que no son utilizadas por la afición.

El club señala en el calendario el Trofeo Nicolás Brondo como fecha de presentación del estadio ante su hinchada, un campo cuyas obras de rehabilitación se iniciaron el pasado miércoles y que contará con un aforo de 6.000 espectadores.

Francesc Fullana, el único jugador de la actual plantilla que jugó una temporada en el Estadio Balear, expresó ayer su felicidad por poder retornar a la que un dia fue su casa: "Creo que todos los balearicos somos felices por la noticia. Hay muchas ganas".