Sergi García es el hombre de moda en el baloncesto nacional. Su reciente internacionalidad, sus números e importancia (20 minutos y 9'6 puntos por partido) en el Tecnyconta Zaragoza de la ACB y, sobre todo, el futuro que se le prevé al base mallorquín de 20 años han hecho que los grandes clubes nacionales le hayan echado el ojo. Ayer fue el Valencia el que contactó con el equipo aragonés para negociar ya su fichaje.

Cuando el interés por Sergi García y los contactos entre los clubes fueron anunciados por la web 'Encestando.com', las redes sociales se incendiaron al lado del Ebro y también a orillas del Mediterráneo. La alarma surgió entre la afición del Tecnyconta Zaragoza, que sin embargo tuvo la callada por respuesta. Tampoco en el Valencia Basket abrieron la boca para confirmar o desmentir, pero lo cierto es que anoche, pasadas las 21:00 horas, el base mallorquín ya sabía que había una negociación abierta.

Pero no existía propuesta al jugador, ahora lesionado. Ni una llamada de preaviso. Nada. Y en el entorno del base no existía preocupación, porque se sabe que el futuro está lejos de Zaragoza. Tanto como fuerza puedan hacer Barcelona o Real Madrid para hacerse con sus servicios. Por el momento es el club blanco el que ha movido ficha primero, hablando oficialmente con el Zaragoza y poniendo unas bases iniciales para negociar.

El objetivo del club que preside Florentino Pérez es incorporar a Sergi García a final de temporada, o incluso más allá. La primera intención es dejarle cedido en su actual club un año o dos más, para que acabe de formarse en la elite. Aunque su futuro también dependerá de cómo regrese Sergi Llull de su lesión y qué ocurre con el esloveno Luka Doncic.

Por lo pronto, la situación ayer dio un giro inesperado. Tanto para el Real Madrid, que creía haberse adelantado a todos, como para el Zaragoza, que aunque está necesitado de dinero ya ha dejado caer a los interesados que la cláusula de rescisión es de 300.000 euros y que por el momento no piensa en vender al mallorquín.

Y Sergi García tampoco parece estar dispuesto a salir por las bravas de un club en el que está a gusto, en el que se sabe importante y en el que además ha podido cumplir sus principales retos como jugador de baloncesto.

Lo único seguro es que el interés del Valencia es más que real, porque en el club taronja están sufriendo una plaga de lesiones -entre ellas la del también mallorquín e internacional Joan Sastre, exjugador asimismo del Zaragoza- y necesitan reforzarse, especialmente en la posición de base.