Volar siempre ha sido un sueño de la infancia. Y de mayores también. Aquel imposible, que a menudo alcanzamos cuando nos subimos en un avión, aunque su estructura hermética no consigue recordar la libertad de un pájaro volando entre montañas y paisajes. César Canudas (Palma, 1986) se ha pasado una vida volando. Es piloto profesional de parapente, una actividad temida por su vertiginosidad, pero "la más segura de la rama aérea".

El parapente nació en el siglo XX y consiste en el descenso mediante un paracaídas ligero y sin motor. Aunque no contamos con montañas de grandes alturas, en Mallorca también se practica. La isla alberga a 50 pilotos. "Somos una pequeña familia de amigos", afirma Canudas. Los tres puntos físicos desde los que se realiza esta actividad son Alcúdia, Sa Torre y Sóller. Los valientes que se equipan con el ligero artefacto pueden disfrutar de tres modalidades de vuelo: vuelos de distancia, que son aquellos en los que se realiza un descenso planeado; vuelos en paramotor, equipados con un motor que proporciona más autonomía y velocidad, con lo cual se pueden alcanzar largas distancias y, por último, el vuelo acrobático, especialidad que practica César, con la que ha ganado distintos galardones, y consiste en realizar espectaculares acrobacias con el parapente.

"Los pilotos entrenamos siempre que el clima es favorable", comenta Canudas. La mejor época del año para realizar un vuelo en parapente es en verano, ya que el calor hace que haya más corrientes térmicas, que son las que impulsan y ayudan a poder planear mejor, ya que no dependen de motores. El vuelo se sincroniza con la naturaleza. En invierno, sin embargo, también hay días favorables, aunque es más difícil debido al aire frío y el viento.

Los expertos del sector, como César, realizan a menudo desplazamientos a otras ubicaciones fuera de la isla en busca de montañas más altas y condiciones más extremas, sin embargo, y aunque parezca mentira, en Mallorca cualquiera puede realizar uno de estos inolvidables vuelos. Hay varias empresas que cuentan con vuelos tándem, en los que el aprendiz o curioso salta junto a un instructor con el fin de aprender a volar o de vivir una experiencia diferente. El vuelo tándem puede ser un simple vuelo turístico, que te enseña la isla desde otro punto de vista, o un vuelo formativo, que sería el primer paso para obtener una titulación de piloto. "No te puedes comprar un kit y empezar a volar", bromea el profesional. En Mallorca solo hay tres instructores -entre ellos César- que practican estos vuelos tándem, que duran entre 15 y 20 minutos y te enseñan lo básico de la disciplina.

La seguridad es uno de los factores que más destacan los expertos. El paracaídas de emergencia, los avances en la disciplina... Son aspectos que Canudas quiere destacar por encima de todo. "Cuando la gente lo prueba opina que es menos de lo que parece", explica el profesional, que destaca el caso de los vuelos tándem que cuentan con parapentes muy estables y seguros que garantizan el correcto transcurso de la actividad. "Sobre todo recalcar que ahora es mucho más seguro que hace unos años y que las marcas invierten muchísimo en seguridad", concluye.

César Canudas es el exponente de la profesionalidad isleña en el sector. Compite, instruye y ya se posiciona en el ámbito internacional. Junto con Horacio Llorens, cinco veces campeón del mundo en su modalidad, y Thomas de Dorlodot, uno de los exponentes mundiales del parapente, Canudas viajará de la mano de Red Bull y Volkswagen a las Islas Canarias para rodar unas impactantes imágenes desde el aire combinando las modalidades de distancia y acrobáticas. Toda una experiencia junto a los más grandes.

El piloto mallorquín ha cumplido un sueño, y todo el que se precie y se arme de valor puede hacerlo. El parapente es más seguro que nunca y se puede practicar en nuestras montañas. ¿Te atreves?

Parapente y cine

Entre los galardones y reconocimientos de César Canudas destaca por su originalidad el premio al mejor cortometraje en el XVIII Festival Internacional del Cine del Aire, en el Yelmo (Jaén), donde junto a Horacio Llorens y dirigido por Alejandro Ripoll, interpretan a dos pescadores mallorquines que sueñan con volar en parapente