Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

"Mi intención en el Mundial de Hungría nunca fue el de colgarme la medalla"

Esta semana se cumplen quince años del mayor hito de la gimnasia artística española, la medalla de oro de la manacorina, retirada con solo 20: "Mi carrera duró lo que tenía que durar, y nunca me arrepentí"

La gimnasta mallorquina Elena Gómez trabaja actualmente en la Fundación para el Deporte Balear en el polideportivo Príncipes de España y en un gimnasio que lleva su nombre en Manacor. pere joan oliver

Cuando alguien, en el mundo de la gimnasia artística, realiza un giro cuádruple en suelo, se dice que acaba de realizar un 'Gómez'. Elena (Manacor, 1985) marcó un antes y un después. Esta semana se cumplen quince años de su mayor logro deportivo, el oro en el Mundial de Debrecen. La gimnasta recuerda aquella época con nostalgia y mucho cariño.

Esta semana se cumplen 15 años de su oro en el Mundial de Debrecen ¿Sigue siendo el mejor día de su vida?

Uno de ellos. Sí que es verdad que fue uno de los mejores momentos de mi carrera deportiva y sin duda lo llevaré siempre muy grabado.

¿Viajaba a Hungría con la intención de colgarse esa medalla?

La verdad que no. Nunca he ido a ninguna competición con la única intención de llevarme una medalla, siempre lo que quería era hacerlo lo mejor posible, quería demostrar todas las horas de entrenamiento que llevaba, esperaba que el trabajo saliera bien y si caía alguna medalla, pues mejor.

Quince años después, sigue siendo la única española que ha sido campeona del mundo. ¿Mérito suyo o demérito del resto?

A veces las comparaciones son muy complicadas, son épocas y momentos diferentes. La medalla que conseguimos no fue solo mérito mío, detrás había un trabajo en equipo, entrenadores, padres, psicólogos? Creo que si hasta ahora no se ha conseguido ninguna otra medalla no es porque no se haya trabajado, pero hay miles de factores que pueden influir.

Competir en una época con gimnastas como Simone Biles, no ayuda a destacar.

Creo que en todas las épocas ha habido una Simone Biles. No es que ahora haya mejores gimnastas. En mi época, por ejemplos, estaban las rumanas, las rusas? No creo que ahora haya aparecido la gimnasta de todas las gimnastas.

Siempre se ha dicho que la gimnasia es un deporte muy sacrificado. ¿Entrenaba mucho?

Todo depende de la época en la que me encontrara. Cuando empecé entrenaba dos días a la semana, luego fueron tres? A los 13 años me fui a la selección nacional y entrenábamos una media de ocho horas y media al día. La verdad que echábamos muchísimo tiempo. Hoy en día se entrena prácticamente con la misma intensidad y durante las mismas horas.

En 2002 gana el Mundial y el 10 de enero de 2006, con tan solo 20 años, anuncia su retirada. ¿Se fue demasiado pronto?

No, para mí fue estupendo (ríe). Es un deporte muy duro al que le tienes que dedicar muchas horas, mucho sacrificio y tampoco puedes aguantar muchos años compitiendo a la máxima intensidad. En mi caso, aguantar otro ciclo olímpico lo veía inviable tanto física como psicológicamente, así que creo que mi carrera deportiva duró lo que tenía que durar y nunca me he arrepentido de haberme retirado antes de hora.

Octava en la final individual y quinta por equipos en los JJOO de Atenas ¿Fue una decepción?

Nunca he ido a ganar ninguna medalla a ningún sitio. Las expectativas que pudieran tener los demás sobre mí, no me representaban. Yo tenía mis propios objetivos y en absoluto me sentí decepcionada con el trabajo que hice. Conseguí dos diplomas olímpicos, conseguí ir a los JJOO, que realmente ese era mi objetivo desde los ocho años. Siempre estuve más que satisfecha y contenta.

¿Qué importancia tiene la cabeza en este deporte?

Un 90% es cabeza y un 10% es físico. Yo recuerdo que lo pasaba muy mal con los nervios. En mi primera competición estaba pálida, con náuseas, fue horrible y era muy pequeña. Poco a poco, con el trabajo que hace el psicólogo, llegas a controlar los nervios, no es que desaparezcan, pero al menos los reprimes. Yo seguía teniendo el mismo dolor de estómago pero conseguía exteriorizarlo menos.

Hace once años que se retiró. En este tiempo ¿ha seguido vinculada al deporte?

Nunca lo he dejado. Ahora mismo tengo un club de gimnasia en Manacor que ya tiene casi diez años y aparte trabajo en la Fundación para el Deporte Balear, así que estoy vinculada al 100%. Cuando me retiré sabía que quería seguir unida a este mundo, porque todos los valores que aprendí durante mi aprendizaje me apetecía poder trasladarlos al resto de gente.

¿Qué es lo mejor que le ha aportado la gimnasia en la vida?

Un día una persona me dijo que este deporte me había preparado para la guerra y creo que tenía toda la razón. Prácticamente cualquier circunstancia, presión en el trabajo, momentos de bajón, sé que tengo las herramientas para poder superarlo. Luego también se suman valores como la superación, el trabajo en equipo, la constancia. Son las mejores cosas que me llevo de todos aquellos años.

¿Y lo peor?

Quizás para mí lo peor fue tenerme que separar de mi familia tantos años. Me tuve que ir a Madrid cuando era muy pequeña, tenía a mi grupo de amigos, mis padres, mis hermanos. Debía cortar con todo eso para irme a una ciudad que no conocía y eso fue muy duro, porque necesitaba su cariño.

Compartir el artículo

stats