Tras la derrota en la cancha del filial del Barcelona, el Iberostar Palma se queda a cuatro puntos de caer en la zona de descenso de la categoría por segunda vez desde su ascenso a LEB Oro.
La primera, si tenemos en cuenta que la única vez que el Bahía San Agustín estuvo entre los dos últimos clasificados de la segunda categoría del baloncesto nacional fue en la primera jornada de la presente campaña, algo más anecdótico que significativo.
Pero tras ocho jornadas la situación en la clasificación tiene más peso y demuestra que las cosas, hasta la fecha, no se están haciendo bien. Y ya no vale escudarse en las bajas del equipo o el alto nivel de los contrincantes en las primeras jornadas. El pasado domingo, el Iberostar Palma, con toda la plantilla a disposición del técnico Xavi Sastre, no fue capaz de superar a un Barça B que se encontraba en su misma situación y que no disputó un partido especialmente completo.
Dos victorias en ocho jornadas es un balance preocupante para un equipo que se diseñó con el claro objetivo de disputar el play-off por el ascenso y, aunque esta meta se encuentra a una sola victoria de distancia, las sensaciones del Palma no invitan al optimismo.
Por todo ello, el encuentro del domingo en Vitoria ante el Sáenz Horeca Araberri está marcado en rojo, porque de no lograr la victoria la crisis del equipo y la "ansiedad" de la que hablaba Xavi Sastre tras caer en la pista del Barcelona seguirían en aumento. Y dejaría en entredicho el rendimiento que el propio técnico está sacando de un grupo capacitado para ofrecer mucho más baloncesto y mejores resultados.
Hasta ahora la confianza del club en Xavi Sastre siempre ha sido máxima, pero el equipo necesita cambiar urgentemente su rumbo, que ahora va directamente hacia el abismo de la pelea por la permanencia.
El margen de maniobra todavía es grande, pero cuanto más tarde en producirse la reacción más distancia deberá remontar en la clasificación para pelear por entrar entre los nueve mejores equipos de la LEB Oro al término de la fase regular.
