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Minuto 91

Sabor a victoria en Formentera

Armando de la Morena tiene un problema.

Tan clara es la superioridad del Mallorca en esta Segunda B, que se le ha quedado pequeña desde el primer partido, que Vicente Moreno puso la nota de humor en la rueda de prensa posterior al encuentro ante el Formentera al decir que parecía que sus jugadores, en el vestuario, habían perdido. Un empate frente a un rival ante el que solo queda quitarse el sombrero, y más con los resultados de la jornada, sabe a victoria. Efectivamente, el Mallorca mantiene los siete puntos de ventaja sobre el segundo, el Villarreal B, que no pasó del empate en su campo ante el Valencia Mestalla.

Tito García Sanjuán, el buen técnico del Formentera, que está haciendo milagros al frente de un grupo de jugadores modestos, dijo al final del partido que había pasado por la isla "el mejor equipo de la categoría" y se atrevió a vaticinar que el Mallorca "será campeón a falta de cuatro o cinco jornadas". Ojalá. Faltaría el remate en la promoción de ascenso, la gran final que espera al equipo de Moreno a finales de mayo de 2018.

Decepción mayúscula la que protagonizó el Atlético Baleares. Parecía que ante el Peralada, en posiciones de descenso, tenía que llegar la primera victoria en son Malferit. Pero ni por esas. Ni ante diez prácticamente toda la segunda parte fue capaz el equipo de De la Morena de sumar los tres puntos. Está claro, por si quedaba alguna duda, de que el equipo tiene un serio problema a la hora de crear juego. El remate a la nefasta matinal llegó en la sala de prensa cuando el técnico del conjunto blanquiazul comentó que la expulsión de un jugador rival les perjudicó porque los catalanes se cerraron más. El mundo al revés.

Comentario desafortunado. No es la primera vez que el jugador del Atlético Baleares Guillem Vallori realiza en las redes sociales comentarios despectivos hacia el Mallorca. El último, tras el empate de los rojillos en Formentera. Vallori debería saber que, sobre todo en el fútbol, donde las dan las toman. Suplente ayer en el triste empate de su equipo ante el modestísimo Peralada, quedó más en evidencia que nunca. Raíllo picó en el anzuelo y le respondió de forma despectiva, poniéndose a su mismo nivel. Ambos quedaron retratados, pero el principal culpable es Vallori, a quien alguien en su club debería tirarle de las orejas porque con esta actitud solo hace que tirar por la borda la imagen de señorío que transmite la entidad blanquiazul.

Jorge Lorenzo no consiguió ayer en Malasia su primera victoria con Ducati porque obedeció órdenes de equipo, que le obligaron a dejarse adelantar por su compañero Andrea Dovizioso para mantener sus opciones de conquistar el Mundial en Cheste el próximo 12 de noviembre. En su propio equipo y hasta el máximo rival del italiano, Marc Márquez, admitieron que la decisión es del todo lógica porque en este caso priman los intereses del equipo. El único que negó la mayor fue el propio Lorenzo, no se sabe por qué, cuando las imágenes son los suficientemente explícitas y no necesitan mayor explicación.

Nadal, número uno. Tras su victoria en Basilea, el triunfo 95 de su carrera, Roger Federer anunció que no jugará el Masters 1.000 de París-Bercy, que empieza hoy. La consecuencia inmediata de esta decisión es que Rafel Nadal acabará el año como número uno si suma una sola victoria en el torneo parisino, lo que, salvo sorpresa mayúscula, sucederá en su debut mañana o el miércoles. Será el premio a un año inolvidable para el tenista de Manacor.

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