Tremendo. Fantástico. Prodigioso. Dominador. Joan Mir, el campeón del mundo de Moto3 desde hace siete días, ese muchachito mallorquín de 20 años apodado el siguiente, el próximo, hizo otra demostración de su pilotaje, de su capacidad para dominar las carreras y, sobre todo, de su sabiduría para pensar sobre la moto y decidir cuándo pasar a dominar, imprimir su ritmo y conquistar la victoria. Mir (Honda) consiguió ayer, en el caluroso Sepang, la victoria en el Gran Premio de Malasia, penúltima cita de la temporada, después de dar caza a Jorge Martin (Honda), que se había escapado, y pelear también con el italiano Enea Bastianini (Honda), que terminó tercero.

Mir suma ya diez victorias (Catar, Argentina, Francia, Catalunya, Alemania, República Checa, Austria, Aragón, Australia y Malasia), lo que le permite empatar a gestas en un mismo año con el italiano Fausto Gresini (1987) y el catalán Marc Márquez (2010), para intentar el más difícil todavía, dentro de quince días en Cheste (Valencia), pues si allí logra, de nuevo, el triunfo, igualará los once del mítico Valentino Rossi, que los consiguió en 1997 ¡el año que nació Mir! Es más, puede, en caso de ganar (25 puntos) o acabar segundo (20) en Valencia, superar el récord de puntos de la pequeña categoría, que lo posee el español Álvaro Bautista, en 2006, con 338. El campeón mallorquín suma, ahora, 321 puntos.

La carrera empezó, en efecto, con un Martín pletórico, capaz de acumular poles a lo largo de todo el año, pero incapaz de cerrarlas con una victoria, que se le resiste. Martín, que logró casi un segundo de ventaja en dos vueltas, fue alcanzado por Mir y Bastianini a mitad de carrera. Y, a partir de ese instante, fue el campeonísimo mallorquín quien decidió cómo y de qué manera se corría el gran premio.

Faltando tres vueltas, el palmesano decidió aprovechar su mejor ritmo con neumáticos gastados y se escapó. Encima, Martín y Bastianini se golpearon a la salida de una de las curvas rápidas de derechas de Sepang y le cedieron unos metros al mallorquín que, tratándose del mejor piloto de la categoría, fue suficiente para que exprimiendo sus prodigiosas manos y cabeza, alcanzar la meta con 0.724 segundos de ventaja sobre Martín, que logró su segunda plata de este año. La primera fue en Austin (Texas, Estados Unidos).

Este triunfo, además, tiene una nostálgica connotación al producirse en Malasia. El cual fue el último trazado que conquistó el desaparecido piloto, también mallorquín, Luis Salóm en 2013. Esa temporada el mexicano cedió la posibilidad de ser campeón del mundo de Moto3 en la última prueba en Cheste. Finalmente fue el catalán Maverick Viñales

Mir siempre se ha acordado de su paisano a quien dedicó el títutulo en Phillip Island. En Australia ganó también saliendo desde la pole. Hay que recordar que ayer, en Sepang, el campeón lideraba la parrilla por vez primera vez en su vida tras participar en 36 grandes premios desde que debutara en el Mundial.