Joan Mir llegó al repleto autobús de Qantas, en el aeropuerto de Narita (Tokio) derrengado. "Por favor, vayámonos de este país cuanto antes". El Airbus 330-300, que debía trasladarnos a Melbourne, nos había dejado tirados en la pista, ¡afortunadamente!, cuando al vuelo QF-062 se le paró un motor. Por suerte se dieron cuenta antes.

El piloto mallorquín, que en Motegi acababa de perder su primera pelota de partido para proclamarse, como pronto sucederá, campeón del mundo de Moto3, terminó huyendo el martes del país del sol naciente cansado de que le persiguiera la mala suerte en un momento tan delicado del año. Mir tuvo que coger otro vuelo directo a primerísima hora de la mañana. Qantas no dio explicaciones, alojó al pasaje en distintos hoteles alrededor del aeropuerto de Tokio y, al día siguiente, ayer, restableció el vuelo, ya sin Mir, ya huido.

"No he podido tener más desgracia desde que pise Japón y eso que es un país que me gusta, pero creo que no voy a volver a probar el sushi en años", comentaba graciosamente Mir en el bús que transportaba a todo su equipo al hotel Tokio Inn. "Solo pido un fin de semana normal en Phillip Island. Creo que no es mucho pedir. En Motegi, todo fue horroroso, no solo la constante lluvia, no solo la sanción de seis puestos en la parrilla que arrastraba de Motorland (Aragón), no solo que nunca encontramos la puesta a punto de nuestra Honda, no solo los pésimos ensayos, sino también los nervios que me atenazaron ante una carrera tan importante y con tantos problemas".

Mir insiste en que "aunque no hubiese ganado el título, que eso puede esperar, me hubiera encantado hacer una buena carrera, incluso arrancando desde la séptima fila". El mallorquín, de 20 años, considera que sería "muy hermoso y emotivo" conquistar el título en el bello trazado de Phillip Island, pegadito al mar de Tasmania, donde Mir debutó en el Mundial en 2015. "Mira, no lo había pensado pero, sí, tiene su punto intentar ser campeón aquí. Veremos cómo va todo, pero tengo ganas de devolverle a la gente de Mallorca todo el esfuerzo y cariño que me demostraron, en la madrugada del domingo, yendo al Palma Arena a ver la carrera y animarme. También me haría ilusión porque aquí está mi padre y mi padrino Guillermo, los que más me han ayudado".

Mir, que supera en 55 puntos a Romano Fenati, tiene suficiente con quedar por delante del italiano para ser campeón o, incluso, le bastará ser segundo si es que Fenati vuelve a ganar como lo hizo, en Motegi, bajo el diluvio. "Romano, en lluvia, va rápido pero en seco es otra cosa", señaló Mir, que, el año que viene, será compañero de Àlex Márquez en el equipo de Moto2, el Estrella Galicia 0.0 Marc VDS.