La saltadora de altura cántabra Ruth Beitia, actual campeona olímpica, ha anunciado este miércoles su retirada de las pistas de atletismo a los 38 años, tras seis meses "complicados" de lesiones, asegurando que ya había "llorado" su decisión y que este era "un día feliz" después que el deporte haya sido "muy generoso" con ella.

Beitia, que ha anunciado su decisión tras entregar la medalla de oro de los Juegos de Río 2016 en el Museo del Deporte de Santander --un metal que fue "un sueño hecho realidad"-- y acompañada por su entrenador, Ramón Torralbo, y por la alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha asegurado que seguirá vinculada al mundo del atletismo desde la Federación Española y el Comité Olímpico, pero no como entrenadora. "No valgo", subrayó.

La santanderina pone fin a una larga carrera culminada con un total de 15 grandes medallas internacionales un total de 15 grandes medallas internacionalesque la sitúan como posiblemente la mejor atleta de España y una de las mejores del mundo en su especialidad, donde únicamente falta un oro mundialista.

En total, además del histórico oro olímpico en Río 2016, posee tres oros continentales consecutivos al Aire Libre (2012, 2014 y 2016), un bronce en el Mundial al Aire Libre de Moscú de 2013, dos platas (Doha 2010 y Portland 2016) y dos bronces (Moscú 2006 y Sopot 2014) en los Mundiales en Pista Cubierta, y un oro (Goteborg 2013), cuatro platas (Madrid 2005, Turín 2009, París 2011 y Belgrado 2107) y un bronce (Birmingham 2007) en Europeos 'Indoor'. Dos históricas victorias en la Liga Diamante (2015 y 2016) también sobresalen en su enorme palmarés.

La trayectoria deportiva de Ruth Beitia.

La santandarina ya decidió poner fin a su carrera después de no poder subir al podio en los Juegos de Londres de 2012, pero, encontró de nuevo la motivación para volver a las pistas y vivir su mejor época, siempre junto a Ramón Torralbo.

Esa prórroga culminó con el oro en Río 2016, el tercero en la historia del atletismo nacional tras los de Fermín Cacho y Daniel Plaza en los 1.500 metros y los 20 kilómetros marcha, respectivamente, en Barcelona'92, y el segundo metal de una atleta española tras el bronce de María Vasco en los 20 kms marcha en Sydney 2000.

La atleta deja el atletismo con 38 años y afectada por una tendinosis del supraespinoso del hombro, la principal dolencia durante "seis meses complicados en los que las lesiones nunca habían aparecido", reconoció la santanderina, que no estaba "acostumbrada" a esta situación.

Todos los problemas físicos le lastraron en el Mundial de Londres del pasado verano, su última gran competición y a la que acudió sabiendo que "podía ser una lotería" porque había días que "podía meter la batida y días que no". Un edema en el psoas, problemas en una vértebra y en la rodilla fueron otras dolencias que pudieron "subsanar", pero no la del hombro, "el que más problemas" le ha dado y que incluso le ha provocado dificultades para "conciliar el sueño".

"Han sido muchos años de trayectoria deportiva y hemos puesto el cuerpo al cien por cien en muchas situaciones y al límite en otras. Todos esos valores que he aprendido y todo lo que nos ha enseñado el deporte y me ha ocurrido con Ramón (Torralbo) me toca llevarlos a otro aspecto de la vida", confesó."Ya he llorado, hoy no era el momento"

Beitia quiso dar las "gracias" a todos los que han logrado que la vida haya sido "muy feliz" para ella. "Ya he llorado y hoy no era el momento, es un día de fiesta, me siento feliz, en seis meses hemos atravesado el duelo", admitió. "Hoy tocaba seguir sonriendo como ya lo hecho", añadió, reconociendo que "un puntito importante" en su decisión de retirarse fue cuando todo el estadio de Londres se puso "en pie" para ovacionarla en los últimos Mundiales.

La triple campeona de Europa se sintió "privilegiada" por el reconocimiento que tiene y porque se pueda pensar que es "leyenda" del deporte. "Soy consciente de que el deporte ha sido muy generoso con nosotros y que hemos tenido una vida dilatada en el tiempo increíble y que hemos recogido todos los frutos en los últimos años. Nunca fuimos conscientes de que la medalla de Río podía ser de oro", prosiguió.

De sus éxitos, cree que "todas las medallas tuvieron su momento, su punto de importancia" y le quiso dar mérito al premio 'Fair Play' que le dio la IAAF por su gesto en el último Mundial con la italiana Alessia Trost, una cita donde también se le quedó "una espinita".

"No sé si Londres 2012 fue el momento más duro, había decidido que lo dejaba y es verdad que era nuestra última oportunidad de subir al podio olímpico, pero la vida fue muy generosa con nosotros y todo se puso a nuestro favor. Nunca olvidaré ese abrazo con Ramón y decirnos 'lo hemos conseguido'", remarcó visiblemente emocionada.

Por último, Beitia, que se deshizo en elogios hacia su ciudad natal, afirmó que le "encantaría" que alguien cogiese su relevo, advirtiendo que en España hay un "grupo de saltadores increíbles", destacando a la gallega Saleta Fernández. "Es una 'jovencita' que puede tomar mi relevo, sólo hace falta que se lo crea. Hay excelentes saltadores que sólo les falta dar ese paso, pero espero que Ruth sólo haya una y que la siguiente se haga sus honores y suba más alto que nosotros", sentenció.