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Vela

Una generación de campeones

Balears cuenta hoy en día con un gran número de regatistas que están copando los podios internacionales de la vela

Las gradas del polideportivo Príncipes de España con los campeones. pere joan oliver

Nacieron por y para el mar. Tuvieron la suerte de hacerlo en las Balears, paraíso del regatista, y se han convertido, con empeño y trabajo, en una de las mejores generaciones de la vela nacional e internacional. La más joven, Maria Perelló, con solo 12 años, dice "que el mar es su casa", el resto no difiere del mensaje. DIARIO de MALLORCA ha reunido a los mejores regatistas baleares de la actualidad para hablar de presente y futuro. Es su momento.

Tez morena y pelo rubio. Esos son los rasgos que curiosamente comparten la mayoría de estos deportistas. El primero no es fruto de la casualidad, el sol no perdona a ningún navegante. El segundo, por el contrario, llama singularmente la atención. Las islas se han convertido en los últimos años en una fábrica de campeones.

Los últimos podios europeos y mundiales de vela están bañados por acento balear. Todos ellos comparten un sueño, el de las Olimpiadas, y una rutina, la del esfuerzo. Saben lo complicado que resulta vivir de este deporte, por eso y pese a su juventud, tienen claro que los estudios son una prioridad.

Admiten ciertos piques con sus compañeros dentro del agua, "sobre todo si son de otro Club Náutico", pero como bien reconoce Giulietta Lang, "en tierra todos somos una gran familia". Largos viajes, duros entrenamientos e infinitas horas en el mar. En ocasiones, pisar tierra incluso les marea. Su cuerpo es la prolongación de su embarcación y llama especialmente la atención la capacidad que tienen para cambiar de clase, tripular solos o acompañados y adaptarse a las diferentes condiciones meteorológicas.

Ahora son una decena de campeones, pero "por detrás vienen generaciones muchísimo mejor preparadas. Los deportistas empiezan a formarse desde más jóvenes y cada vez hay gente más buena". Toni Massanet, oro en el Mundial sub´19 de la clase 420, reconoce que la ayuda "de las Federaciones y sobre todo el apoyo que hoy en día dan los padres" resulta crucial para triunfar en esa aventura. Están hechos para el mar y nadie les puede cortar las alas.

"Vivía en una casa al lado del mar, en Menorca, y de pequeño veía a niños que navegaban y siempre le decía a mi madre: ´Yo quiero hacer eso´". Manel Baver, bronce en el Mundial sub´16 de la clase Láser 4.7, comenzó de esta guisa en el mundo de la vela. Ahora, con 15, convive con tres regatistas más en la Escuela de Tecnificación del polideportivo Príncipes de España, a los que considera "su familia".

Su rutina, y la de Pere Ponseti, tercero en el Mundial de Láser 4.7, empieza cada día a las seis y media de la mañana. Clases, gimnasio, algo de piscina, comer, otra vez clases, otra vez gimnasio y algo de preparación psicológica, así día tras día. "Vine a vivir a Mallorca porque me di cuenta de que en Menorca compaginar estudios y navegación era muy complicado, aterricé en la isla con 16 años y no me arrepiento para nada", reconoce Ponseti. "Con cuatro años mis padres me apuntaron a un curso de verano, supongo que para no verme mucho el pelo (ríe) y descansar un poco de mí, desde entonces estoy enganchado a este deporte", admite.

La más jovencita de todos, Maria Perelló, el pasado 20 de julio se proclamó campeona del mundo de la clase Optimist, un logro que ya había conseguido Aina Colom en 2014. La regatista mallorquina del Club Náutico s´Arenal, de solo 12 años, reconoce que "no esperaba para nada poder ganar el Mundial" y que su intención era solo "ir a pasarlo bien y conocer gente". Pese a su juventud, Maria asegura que esto del mar es su mundo y que con solo seis años la vela ya era "algo que le apasionaba".

Su tocaya Bover comparte con Perelló algo más que un nombre y una pasión. La regatista del Club Náutico de Palma se proclamó, junto a la también mallorquina Clara Llabrés, subcampeona mundial absoluta en la clase 420. "Ahora mismo estoy cursando Derecho y ADE en la Universitat de les Illes Balears, eso hace que me tenga que administrar el tiempo como pueda. Llevo los estudios siempre al día porque sé que los fines de semana son exclusivamente para la vela", admite. "Es un mundo al que le dedicas muchísimo tiempo el fin de semana, entre competiciones y entrenos, rara vez estás menos de seis horas al día en el agua", reconoce.

Rumbo a Tokio 2020

Participar en unas Olimpiadas es el sueño que mueve a estos deportistas, aunque Tokio 2020 se presenta demasiado temprano para la mayoría de ellos . "A Tokio realmente tenemos opciones con tres tripulaciones porque la media de edad de los regatistas que van a las Olimpiadas es mucho más elevada y estos chicos de ahora llegarían muy justos para ir a los próximos Juegos", admite Francisco Gil, director técnico de la Federación Balear de Vela. "Eso no quita que nos encontremos ante una de las mejores generaciones desde hace mucho tiempo. A nivel nivel infantil y juvenil tenemos un montón de regatistas destacando en todas las competiciones nacionales e internacionales, algo de lo que nos sentimos muy orgullosos".

Precisamente Mallorca no es la primera vez que pasea a grandes regatistas por la villa olímpica. El pollençí Pepote Ballester ganó la medalla de oro en la clase Tornado en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Otro regatista campeón olímpico mallorquín fue Jordi Calafat, que en Barcelona 92 se alzó también con una medalla de oro.

A día de hoy, son la mallorquina Paula Barceló y la catalana Silvia Mas en clase 470 femenino, el menorquín Joan Cardona en Finn y el windsurfista formenterense Mateo Sanz en RS:X los nombres propios de cara a las próximas Olimpiadas. "Ahora mismo mi principal objetivo es adaptar mis músculos a la nueva clase en la que navego. Empiezo la pretemporada y quiero estar fuerte para el mes de diciembre. Lo de acudir a Tokio no es una obsesión, está ahí, pero todavía queda mucho trabajo por delante", reconoce Cardona, subcampeón mundial en el europeo sub´19 Laser Standard en 2016, que no pudo reunirse con el resto de sus compañeros en Príncipes de España para hacerse la foto.

Navegar en pareja

La soledad del deportista en el mar no siempre es un problema, al menos así lo reconocen algunos regatistas que compiten en pareja. Es el caso de los mallorquines Violeta del Reino y Sergi Roig, quienes obtuvieron un diploma paralímpico en Río 2016. "El problema de navegar juntos es que los dos no pensemos lo mismo. Yo soy una persona muy impulsiva y me costó mucho adaptarme a navegar con otra persona, no le avisaba de mis intenciones y de repente Violeta se encontraba con que había virado sin avisarle€ Eso produjo más de una bronca, la gente a nuestro alrededor se quedaba mirándonos asustados, pero conseguimos llegar a un acuerdo y nos hicimos el uno con el otro", reconoce entre risas Roig. "Desde que acabamos con nuestra participación en las Paraolimpiadas no hemos vuelto a navegar de forma conjunta pero mientras lo hicimos disfrutamos de muy buenos momentos. Ir a las Olimpiadas fue un sueño hecho realidad. Luchamos con muchas ganas para conseguirlo", reconoce Violeta.

Sin embargo, si a tu lado navegas con tu alma gemela, las horas en el mar pasan mucho más rápido. Eso es al menos lo que piensan las mallorquinas Giulietta Lang y Tess Provenzal, terceras en el Campeonato de Europa sub´17 de la clase 420. Ambas comparten, además de embarcación, colegio, curso, clase y una madurez impropia de su edad, 16 años. "Nosotras hemos elegido este camino y es verdad que quizás alguna vez te quedas con las ganas de poder hacer algo con tus amigos del colegio, pero aquí hay muy buen rollo y hemos creado grandes amistades dentro de la vela", confiesa Tess. "Personalmente creo que en el ámbito social no nos perdemos nada. En la vela hay un ambiente genial, nos encanta, hay mucha gente de nuestra edad y la verdad es que nos lo pasamos muy bien, creo que no podemos echar en falta eso", secunda Giulietta.

Windsurf desde Suiza

Y entre tanto regatista, aparece Mateo Sanz. El joven windsurfista de Formentera se convirtió en Río en el primer deportista de la isla pitiusa en ir a unas Olimpiadas. Fue en representación de Suiza, de donde es su madre, puesto que en 2014 creyó que era la mejor opción para asegurarse un puesto en los Juegos, el tiempo también le confirmó como el mejor español en su disciplina.

Hace justo dos semanas regresó del Mundial de la clase RS:X, que se disputó en Japón, donde se colgó la medalla de plata: "El pico de rendimiento esta temporada fue hace justo dos semanas con el Mundial, dentro de dos días vuelvo a allí para participar en la Copa del Mundo, no voy con ningún objetivo concreto, mi intención solo es hacerlo lo mejor posible". En 2013, Formentera se le quedó pequeña y decidió poner rumbo a Mallorca.

"Nací en Formentera y aprendí a navegar allí, pero en 2013 decidí estudiar en la universidad y me tuve que marchar. Mientras estaba en la escuela y cursando bachiller fui capaz de compaginar estudios y deporte, pero la universidad te exige mucho más. He tenido que dejar algunas asignaturas para poder ir sacándolo adelante poco a poco, con tanto viaje no hay manera de compaginarlo como toca, pero hago lo que puedo", asegura el joven de 23 años.

Clara Llabrés, segunda en el Europeo absoluto de 420 en este 2017, y Pep Cazador, tercero en el Mundial sub´16 de Laser 4.7 en 2016, completan una lista de jóvenes promesas que vienen pisando fuerte. Todos ellos llevan ya muchos años luchando por su sueño. Son una generación inigualable y de la que, debido a su juventud, se hablará mucho. Son el presente y el futuro de la vela balear, de la vela nacional y, como ya han demostrado, también de la internacional.

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