-Tercera edición de la 'Legends Cup' y volvemos a verle un año más en Palma
-Es el único torneo del año que realmente preparo para llegar en forma tenísticamente. Las instalaciones son preciosas, el hotel es brutal y el trato personal es de los mejores que he visto en mi carrera. Y he estado en muchos.
-¿Los palmesanos todavía se acuerdan del Corretja tenista?
-Sí. Me recuerdan los partidos que jugaba contra Carlos Moyá. Las veces que he salido a caminar por la ciudad me hacen sentir apreciado y lo valoro mucho.
-Sobre el Corretja televisivo, ¿qué le dicen?
-Con los años la gente sólo se acuerda de las leyendas. Yo solamente fui un buen jugador. Me hace más ilusión que me feliciten por las entrevistas que realizo en Eurosport antes que se acuerden de si gané el Masters. Sucedió hace ya muchos años. Es un bonito recuerdo pero me interesa mucho más que les guste lo que hago en la actualidad.
-También le vemos activo en las redes sociales. ¿Cómo las gestiona usted para encontrar un equilibrio correcto que evite la sobreexposición?
-Bien utilizadas son preciosas porque puedes ofrecerle a la gente intimidades que serían imposibles de compartir de otro modo. Cuido mucho la privacidad de mis hijas y no me obsesiono con actualizar a diario. Selecciono lo que enseño de mí sin que la gente entre en mi vida privada. Me sirven para mostrar un estilo, forma de ser y carácter que no solamente puede entenderse cuando te ven en televisión.
-¿Varía la estrategia de comunicación dependiendo de la red social que utilice en cada momento?
-En Twitter intento ser muy directo con lo que expreso. Trato de escribir tuits que aporten algo. Si cuelgo una foto en Instagram difícilmente sacaré cenas con amigos. Busco comunicar algo distinto, como mi última imagen navegando por la costa de la isla, pero espero unos días para subirla porque no me gusta que se sepa exactamente dónde estoy en cada momento.
-Los seis tenistas que compiten en la 'Legends Cup' estaban todos en el circuito entre finales de los 90 y principio del 2000, ¿se igualan las fuerzas?
-Pienso que es más una cuestión del tiempo que hace que llevas retirado. El caso de Carlos Moyá es de otro nivel. Que una persona fuera del circuito sea capaz de entrenar con Rafel Nadal y aguantarle el ritmo de bola, lo dice todo.
-¿Era Moyá la figura ideal para entrar en el equipo de trabajo y el entorno de Nadal?
-Era la mejor persona que hay en el mundo para incorporarse en su grupo. No encontraríamos a nadie más idóneo. Encaja perfectamente porque es mallorquín, amigo suyo y de la familia además de entender perfectamente lo que siente. Su entrada es aire fresco para el equipo. Lo importante es que cuando gana Nadal, ganan todos.
-¿Esperaba que llegaran a encontrarse sus caminos?
-Hace tres o cuatro años ya pensaba que les podía ir muy bien si se unían. Al final, que él sea número uno es bueno para el tenis. La gente no será nunca lo suficientemente consciente de lo que está logrando. Nosotros que hemos estado allí sabemos que es impresionante.
-Hace un año usted dijo que "2017 será un año clave para Nadal". Sabiendo todo lo que ha sucedido hasta hoy, ¿qué escenario tendríamos si la temporada no hubiese sido tan positiva?
-Era muy importante para Nadal recuperar la sensación de poder volver a ganar. El primer paso era encontrar de nuevo su nivel. Cuando lo logras pero no llegan las victorias, es cuando se generan dudas y regresan las críticas. Pero por suerte todo cambió en Australia. Perdió pero él se fue sabiendo interiormente que estaba cerca de Federer.
-¿Puede Nadal superar a Federer en títulos de Grand Slam?
-Creo sinceramente que ya le mira pensando que puede llegar a ser el jugador de la historia con mejor palmarés. Pero poco a poco y día a día. Personalmente opino que le quedan tres o cuatro años en el circuito si el físico y las lesiones le respetan. Debe pensar en sí mismo y el tiempo le llevará donde se merezca.
-¿Qué supone que hayan coincidido Nadal y Muguruza en el número uno del mundo simultáneamente?
-Es una inyección de moral para nuestro tenis. Independientemente de que terminen o no el año como números uno, es un momento que debemos aprovechar. Muguruza ha hecho un esfuerzo enorme para encontrar el equilibrio entre agresividad y aprender a defender cuando toca. Lo más difícil de un deporte tan complejo como el tenis es hacerlo simple.
