La política nunca debería mezclarse con el deporte. Pero hay veces en que no queda más remedio. El partido Barcelona-Las Palmas se disputó a puerta cerrada, según el club, como señal de protesta por los gravísimos sucesos ocurridos durante la mañana y que se saldaron con más de 700 heridos a consecuencia de la brutalidad policial. En un principio parecía que la directiva del club azulgrana había decidido suspender el encuentro de forma unilateral, pero se lo pensó mejor a la vista de que la decisión les supondría la pérdida de seis puntos y la sanción correspondiente. Si realmente querían dar un golpe de efecto, deberían haber suspendido el partido. El fútbol, el deporte, es muy importante, pero hay días en que debe pasar a un segundo plano. El Barça perdió ayer una oportunidad de oro para demostrar que es més que un club.
Gerard Piqué. Se estará o no de acuerdo con él, pero ha demostrado una vez más ser un tipo con personalidad. Gerard Piqué, en su tónica de huir de los tópicos y frases manidas, ha vuelto a incendiar las redes sociales solo por defender su derecho a votar, su postura a favor del derecho a decidir, lo que en Madrid se ha tomado como un desprecio. Y el primero que ha picado, como casi siempre, ha sido Sergio Ramos, que todavía no se ha dado cuenta de en qué mundo vive. Suerte que Lopetegui ha puesto sentido común y ha defendido al futbolista, como jugador comprometido con la selección española, y como ciudadano con todo el derecho del mundo a expresar su opinión. Faltaría más.
El Mallorca se sale. El Mallorca está cumpliendo con lo que se esperaba de él. Tiene razón Vicente Moreno cuando dice una y otra vez que ganar tanto resulta difícil en cualquier categoría. Pero no se esperaba menos de un equipo confeccionado para subir a Segunda desde una Segunda B que, en realidad, es una Tercera División. El Mallorca se impuso sin problemas al Alcoyano en su cuarta victoria consecutiva, y ya aventaja en cuatro puntos al segundo y tercer clasificado, y en siete al quinto. Es pronto para hacer valoraciones, pero todo apunta a que este equipo es muy superior al resto.
No es una anécdota. Lo del Atlético Baleares y el no saber ganar en su campo ha dejado de ser una anécdota, por utilizar el término empleado por el técnico Armando de la Morena en la víspera del partido ante el Olot. El conjunto blanquiazul tiene un problema cuando juega como local y el que no lo quiera ver se equivoca. Es verdad que ayer volvió a hacer méritos para ganar, pero tampoco hay que olvidar que visitaba son Malferit un equipo en zona de descenso. El Baleares tiene mimbres para estar mejor situado. Queda tiempo. Es la mejor noticia.
La sinceridad de Cati Pol. Reveladora la entrevista que Elena García ha realizado esta semana en este periódico a la entrenadora del JS Hotels Ciutat Cide. No se ha mordido la lengua, calificando prácticamente de vergüenza que por solo quince mil euros el equipo no esté militando ahora en la máxima categoría del voleibol femenino que justamente se ganaron en la pista. Todas las respuestas de Pol brillan por su coherencia. Admite que los organismos públicos no pueden ser el único recurso de los clubes modestos, y lamenta que nadie se haya implicado a la hora de ayudar a unas deportistas modestas, pero sobradas de orgullo. A diferencia del ex Can Ventura, que ha recibido apoyo de empresas privadas. Lamentablemente, el deporte femenino sigue maltratado y, lo que es peor, parece difícil que esto cambie.
