La parábola del hijo pródigo es uno de los episodios más populares y reconocidos de la vida de Jesús de Nazaret. Una antigua historia de reencuentros y satisfacciones familiares, con muchas similitudes a las emociones que vivieron y compartieron ayer sobre las pistas del aeropuerto de Son Sant Joan el veterano Agustí Pou, padre del profesional del trote Biel Pou, y el campeón nacional Trébol, así como los presentes. Entre ellos el presidente de la Federació Balear de Trot, Joan Llabata.

Y es que la particular situación permitió culminar el regresó de Trébol a Mallorca tras su exilio ´voluntario´ de cinco años en Francia. Un alejamiento bajo la dirección de Biel Pou que le ha aportado desde otoño del 2012 la fortuna y los éxitos que le han convertido en el mejor caballo, con diferencia, de la centenaria historia del trote balear.

Un reencuentro cargado de nostalgias y orgullo que se plasmó perfectamente en la imagen que permitió el sentido abrazo entre Agustí Pou y Toni Ripoll, el profesional del trote que acompañó a Trébol en el que se presenta como el denitivo viaje del crack menorquín desde París hasta Palma, antes de su reencuentro con la afición de las islas en la reunión de carreras de hoy del Hipòdrom Son Pardo. Una cita en la que, a las 19:05 horas, Trébol competirá por última vez -posiblemente- dirigido por Biel Pou, antes de iniciar su proceso de jubilación en Menorca. En la finca del fora vila de Ciutadella propiedad de su criador y propietario, Pau Salord.

Ajeno a todo el ajetreo organizado con motivo de su regreso, Trébol fue recibido por Agustí Pou para trasladarlo después hasta la finca de Son Julià, en Llucmajor, antes de volver hoy a Son Pardo.