El Iberostar Palma se presentó ante su afición con una derrota frente al Porto (73-83), pero el equipo de Xavi Sastre ofreció buenas sensaciones en el Trofeu Ciutat de Palma. La gran ausencia fue la de Joan Tomàs por molestias, aunque se espera que esté en el debut liguero la próxima semana.

Quedó a las claras desde el minuto uno que el nuevo Palma ha ganado en talento ofensivo en la pintura con Tautvydas Slezas y Gediminas Zyle, que mejoran las prestaciones interiores del equipo en facetas de ataque y en intimidación. Los dos lituanos fueron los jugadores más destacados del conjunto mallorquín con su constante aportación en el juego, pero en momentos puntuales también afloró el talento exterior que viene mostrando la plantilla desde la pasada temporada.

La igualdad fue la tónica dominante del duelo hasta que un parcial de 0-9 ampliaba la renta lusa hasta el 29-30. Entonces el conjunto verdinegro sacó su pólvora en el lanzamiento exterior y recortó distancias a base de triples hasta cerrar la primera parte con un apretado 42-44. El Palma estaba compitiendo de tú a tú ante el campeón de la Copa portuguesa y subcampeón de Liga; incluso, llegó a disfrutar de una ventaja de cinco puntos en la primera mitad.

Tras el descanso el marcador seguiría marcando diferencias mínimas, aunque en este caso sería siempre con el Porto por delante en el marcador. Un pequeño bache de los locales en el tercer tiempo permitió a la escuadra lusa abrir una pequeña brecha al término del cuarto (59-65).

Sin embargo, a los pupilos de Sastre se les apagaría la luz en el último cuarto y su desacierto les privó de poner en mayores apuros a los visitantes, que conseguían ampliar su ventaja por más de diez puntos (64-79). Fue el momento que más debilidad mostró el Palma y que le privó de pelear por el triunfo del Ciutat de Palma.

Al final, el Porto levantó el trofeo tras vencer por 73-83, aunque el Palma demostró estar preparado para afrontar un nuevo reto en la LEBOro y que arranca el próximo sábado ante el Prat. La pájara del inicio del último cuarto fue la única mancha de un equipo que ofreció treinta minutos de un baloncesto alegre y efectivo.