El resultado no fue el deseado. Se puede debatir si es más o menos justo. La realidad es que el Barcelona y el Palma Futsal brindaron un gran espectáculo de fútbol sala. La derrota por 6-3 es lo que cuenta cuando hay puntos en juego pero el Palma Futsal plantó cara desde el primer minuto a uno de los mejores equipos del mundo. El gol se resistió en la primera parte, los baleares estrellaron cuatro lanzamientos a los palos, les penalizaron las faltas que dieron lugar a dos dobles penaltis, hubo un gol precedido de una acción polémica y un conato de remontada cuando parecía algo imposible. Derrota pero con argumentos que invitan a soñar.

Fue un partido extraño y en el que las faltas penalizaron en exceso a los de Vadillo en la primera parte siendo decisivas para el resultado final. Los baleares salieron a la pista con la idea clara de presionar sobre la defensa rival y así hacer que el Barcelona no estuviese cómodo sobre la pista. Los de Vadillo tuvieron la primera ocasión clara con un lanzamiento que escupió el larguero. La mala fortuna no solo pasó factura con las faltas si no con las ocasiones que se estrellaron en los palos. El planteamiento fue arriesgado y valiente y sirvió para que el partido estuviera equilibrado. Eso sí, Carlos Barrón tuvo que emplearse a fondo y demostrar el por qué es internacional con España bajo la atenta mirada del seleccionador nacional, presente en el partido. El meta se exhibió con paradas de todos los estilos ante lanzamientos de Tolrà, Ferrao y compañía. El meta se mostró muy seguro bajo palos con un repertorio de manual cada vez que amenazaban su portería.

El Palma tuvo la mejor ocasión en una doble acción repelida por los palos, primero el lanzamiento de Eloy Rojas al palo y el rechace que Favero mandó al larguero. Y el Palma alcanzó las cinco faltas y se le fue el partido en un abrir y cerrar de ojos. Dyego marcó el primer doble penalti a falta de seis minutos para el final y repitió minutos después desde el mismo punto y sin que Nico Sarmiento, que salió para tratar de parar la segunda condena, pudiera hacer nada. Entre ambos lanzamientos, una jugada polémica que supuso el segundo gol, obra de Ferrao, y que llegó tras un ataque del Palma en el que el balón repelido por el rival pegó en el árbitro situado al límite de la pista y con el rechace que favoreció a los locales en una contra que acabó en gol. La condena al descanso fue excesiva. El golpe fue mayor nada más salir de nuevo a la pista con otro gol de Ferrao. Vadillo apostó por el portero-jugador y se puso con un 4-3 para soñar. Pero el quinto de Aicardo les hundió.