"Se acabó un sueño, pero solo puedo estar agradecido por poder contarlo después de lo que pasó". El sueño del que habla Carlos López es el Campeonato del Mundo de Ironman en Kona, una competición para la que se clasificó el pasado 13 de agosto, tras finalizar cuarto en la prueba de Hamburgo; lo que pasó, lo de siempre, un nuevo atropello a un ciclista en las carreteras mallorquinas.

El pasado lunes por la tarde el triatleta de Binissalem volvió a nacer. López fue arrollado mientras entrenaba con su bicicleta en la carretera de Biniagual. Una conductora embistió con su coche al ironman mallorquín que partió su casco en dos y salió despedido por los aires. La causa del accidente, según relata el propio ciclista, fue la "imprudencia de usar el móvil en la carretera".

Optimista, a pesar de todo, Carlos López atendió ayer a DIARIO de MALLORCA cuando todavía no había recibido el alta médica: "He vuelto a nacer, demasiado poco me ha pasado para el golpe que recibí. Solo puedo estar feliz y agradecido porque las consecuencias podían haber sido mucho peores". Unas consecuencias que se resumen en un cuadro médico que pone los pelos de punta: "Rotura fibrilar en vasto interno, esguince cervical, esguince en dos dedos, unas cuantas magulladuras y una brecha en la ceja".

"Era una tarde más de entreno", relata el vigente campeón del Ironman de Mallorca. "Me faltaban solo dos kilómetros para llegar a casa. Iba bastante tranquilo y decidí tomar el camino de Biniagual, un trayecto que no suelo coger habitualmente porque tardo algo más pero es más bonito. Salí de una rotonda y, cuando no llevaba ni doscientos metros, me rebasó una furgoneta en una curva. Seguidamente un coche pequeño hizo un recto y me embistió por la izquierda, me fui contra un muro, partí el casco en dos y salí por los aires. La conductora del vehículo no iba a una velocidad excesiva, pero estaba mirando el móvil, lo llevaba en la mano. Es una irresponsabilidad coger el teléfono en la carretera. Yo tuve suerte y lo estoy contando, pero podía no haber tenido tanta", relata López, quien no perdió el conocimiento en ningún momento.

El mallorquín fue trasladado al Hospital de Inca. Allí le sometieron a una resonancia de la que espera resultado, le cosieron una brecha en la ceja y tomó conciencia de la triste realidad: " Ya he descartado totalmente que pueda competir en el Mundial de Ironman de Hawaii que se celebra en octubre. Cuando cualquier atleta sufre una rotura de, por ejemplo, un centímetro, debe estar entre dos o tres semanas de baja, sin poder entrenar en condiciones. Yo he sufrido una rotura del vasto interno de 15 centímetros, necesitaré al menos dos o tres meses para ponerme a punto".

Si había un participante del Campeonato del Mundo de Ironman que merecía ese puesto, ese era Carlos. El mallorquín era el único triatleta amateur de los 150 que tomarán la salida el próximo 14 de octubre en Kona. Su primer puesto en Alcúdia, su décimo cuarto en Frankfurt y su cuarto en Hamburgo le abrieron las puertas de un sueño por el que llevaba más de cinco años luchando. "Para mí era una oportunidad única, era como si un equipo de barrio hubiera llegado a la final de la Champions. No es algo que se presente cada año para alguien como yo. Llevaba muchas horas, dinero y sacrificio invertidos en este sueño y ya no creo que pueda cumplirlo en mi vida", explicaba el triatleta de Binissalem.

"Lo que falta en la carretera es conciencia", zanja López poniéndose serio. "Sustos se tienen casi cada día que sales con la bici. El mismo lunes, sin ir más lejos, tuve un sobresalto unos kilómetros antes del accidente, en una rotonda. Creo que hay mucha inconsciencia de la gente que va al volante. Los conductores pasan con sus coches a medio metro de nuestras bicis, ellos no se dan ni cuenta, pero para nosotros es casi como si nos pasaran por encima. Deberían ponerse en nuestro lugar, porque no saben lo mal que lo pasamos", resumió el mallorquín.

Este accidente se produce precisamente una semana después de que el grupo parlamentario del PP, respaldado por todos los grupos del Congreso, presentaran una proposión de ley para endurecer el Código Penal por los accidentes mortales de ciclistas en las carreteras. La reforma persigue perfeccionar la definición de las imprudencias graves y muy graves y aumentar su castigo, de forma que se considerará siempre imprudencia grave la que se cometa por exceso de velocidad o consumo de alcohol o drogas.