Una nueva jornada para los dos equipos mallorquines de Segunda División B con resultados dispares y que se salda con tres nuevos puntos en el casillero del Mallorca, que sigue su codo a codo en lo más alto de la tabla con el Elche, y un nuevo empate para un Atlético Baleares que todavía no sabe lo que es conocer la victoria en su terreno de juego de Son Malferit.
Máximo rendimiento para el gol
El Mallorca rentabiliza como nadie sus goles. El partido de ayer en El Clariano fue un claro ejemplo. El único tanto, que a la postre daría la victoria al Mallorca, se logró tras una media oportunidad de Abdón Prats, convertida en máximo castigo por la inocencia de un defensor del Ontinyent. Del resto del partido, muy pocas ocasiones significativas aparte del poste de Alex López y un remate de Abdón en el área chica. Y eso en la primera parte, porque en la segunda solo hubo como reseñable un tiro de Cedric y la frustrada galopada de Lago que le costó la expulsión a un jugador valenciano. Al aficionado le importa poco el juego desarrollado. Mira la tabla y ve en lo alto de ella al Mallorca.
La Rémora de son malferit
Al compañero del Mallorca en esta liga de Segunda B se le han atragantado los partidos en casa. De los tres disputados por el Atlético Baleares en Son Malferit ninguno ha caído del costado del equipo blanquiazul, que ya lleva dos empates y una derrota en su feudo provisional. Hacer de tu terreno de juego un fortín es una de las exigencias que todo equipo con aspiraciones debe cumplir y el equipo de Armando De la Morena no cumple en este apartado. Ayer dominó la primera parte, tuvo ocasiones para adelantarse en el marcador pero vio cómo era el Lleida quién lo hacia. Afortunadamente Oliva igualó el encuentro, aunque un empate sabe a poco para sus méritos. Desconozco si son ansias de volver a su estimado Estadio Balear, pero tropiezos así no deben repetirse si las aspiraciones son acabar en la liguilla de ascenso, aunque la verdad es que el margen de mejora que existe es grande todavía.
Mario Mola, todo un campeón
La noticia más agradable de la semana la ha protagonizado Mario Mola, que ha revalidado su título mundial en la especialidad de triatlón. El mallorquín corrió de forma muy inteligente en Rotterdam, donde le bastaba acabar entre los cinco primeros para firmar un doblete espectacular. Ha demostrado su categoría en este campeonato ante triatletas de leyenda como Gómez Noya, y nos deja claro que a sus 27 años tiene todavía al alcance metas muy altas como pueden ser el oro olímpico. Seguro que dispondrá de ocasiones para lograrlo.
Relevo en Deportes
El cambio de la semana llegó tras el consell de Govern del viernes que se "dio por enterado" del relevo en la Fundació per a l'Esport de les Illes Balears, que parece haber resuelto, al menos de momento, una lucha soterrada en la tan agitada conselleria de Cultura y Deportes, que ahora dirige Fanny Tur. Joan Noguera, que había llegado al cargo de la mano del director de Deportes, Carlos Gonyalons, ha dejado su puesto a un técnico de la casa, Pep Abrines. La rumorología habla de "pérdida de confianza" en Noguera motivada por la adjudicación de dos contratos menores, algo que ha provocado disgustos en esta área gobernada por Més, aunque en la parte de Cultura. No sé si el Govern hará gala de esa prometida transparencia de la que presume e informará de ello. No estaría de más que hubiera luz y taquígrafos y que supiéramos si alguno de sus superiores tiene alguna responsabilidad que se deba depurar. Aunque puede que todo se deba a una cuestión de cuotas dentro de los nacionalistas.
