A la tercera, tampoco fue la vencida. El Atlético Baleares sumó un nuevo empate en Son Malferit, el segundo de la temporada y dejó escapar dos puntos en un encuentro en el que mereció la victoria. Los de Armando de la Morena igualaron a uno ante un Lleida que ayer abandonó los puestos de play-off y se mostró, en todo momento, conformista con el resultado.

Los blanquiazules, que lo intentaron hasta el último minuto, no pudieron brindar a su afición la primera victoria de la temporada en casa donde, sorprendentemente, se están mostrando más erráticos y fallones que fuera de ella. Lucharon durante los 90 minutos, enderezaron un marcador en contra, tuvieron la posesión del balón, pero no fueron capaces de trenzar grandes jugadas a partir de los tres cuartos de campo. Solo Malik, en el 94, mandó un balón al travesaño tras un lanzamiento de esquina, una pelota que, si hubiera perforado la portería de Diego Rivas, habría impuesto algo de justicia y lógica en el devenir del encuentro.

El Baleares salió a llevarse el partido. De la Morena, que cumplía su segundo encuentro de penalización desde las gradas, apostó por colocar en la delantera la artillería pesada. Gerard Oliva volvía a pisar el césped, tras su expulsión en el derbi palmesano, y lo hacía como pareja de baile de Álvaro, quien anotó un gol ante el Valencia Mestalla. Carl volvía a ser la apuesta del técnico madrileño en la portería. Los blanquiazules expusieron sus armas desde el minuto uno ante un Lleida tímido y cohibido que se dejó llevar en volandas por el rival.

Oliva esbozó el patrón que debía imponer su equipo cuando gozó, en el minuto uno, de la primera oportunidad al rematar un centro de José Ruiz. El Baleares siguió manejando el partido a su antojo, hasta que en el 17, Kike López tuvo que ser sustituido por Nacho Heras, debido a un problema en los isquiotibiales. Los mallorquines perdieron fuelle y el árbitro no ayudó con la expulsión del lesionado Kike, que desde el banquillo vio la roja directa por llamar "sinvergüena" al asistente y se expone a un mínimo de cinco partidos de sanción. Un momento de nerviosismo que aprovechó el conjunto visitante. Los catalanes, casi sin mérito alguno, se pusieron por delante en el marcador en el 35, tras un remate de cabeza ejecutado por Jorge Félix. El jarro de agua fría fue gélido para un Son Malferit que vio cómo su equipo se ponía por detrás en el marcador sin merecerlo.

El descanso calmó los ánimos y el Baleares saltó al césped con la clara intención de, al menos, lograr la igualada. En el minuto 49, Oliva remataba un magistral centro de Nacho, tras una gran jugada de Xisco, e imponía algo de lógica. El Lleida, lejos de responder, perdía tiempo sobre el terreno de juego, dando por bueno el punto en Son Malferit. Los de Armando de la Morena siguieron luchando, pero se trabaron más de la cuenta en la creación. Preocupa que, precisamente en su campo, se les vea tan incómodos. Lo intentaron con mas ahínco que fortuna pero nada pudieron hacer para llevarse la victoria.