Nadal ya está en casa. El tenista manacorí aterrizó ayer en el aeropuerto de Son Sant Joan tras conquistar su tercer US Open y colocar el décimo sexto Grand Slam en sus vitrinas. Cansado por el largo viaje pero satisfecho por el trabajo realizado, Nadal no tuvo ningún problema en salirse del guion ante la prensa y hablar sobre uno de los temas de la actualidad política española: el referéndum catalán.

"No veo una España sin Cataluña o al menos no me gustaría verla. Entiendo que juntos somos mejores y más fuertes y ojalá que así podamos seguir para siempre", se posicionó el tenista manacorí sobre el debate que monopoliza la actualidad.

Nadal no ocultó su malestar por como se han interpretado sus palabras sobre este tema en una entrevista que ofreció en Nueva York, tras ganar el US Open, y así lo hizo saber ante los micros: "Me hacen gracia los titulares, porque yo digo una serie de cosas y luego siempre se pone un titular agresivo, algo que me parece injusto porque mi razonamiento era otro. Sé cómo sois y sé cómo funcionan las cosas".

El número uno del uno no tuvo problemas en explayarse sobre el tema y fue valiente al no esconder su postura sobre el debate. "Me siento muy cercano a Cataluña y me siento español. Entiendo que Cataluña está dentro de España y no veo una España sin Cataluña o al menos no me gustaría verla. Yo entiendo que juntos somos mejores y más fuertes y ojalá que así podamos seguir para siempre. Es evidente que hay una situación límite y las cosas se tienen que arreglar. Creo que todos deben poner de su parte para arreglar el conflicto", relató. "Creo que tenemos que hacer sentir a Cataluña que realmente les queremos y que queremos que sean parte de lo que son, que es España", zanjó el mallorquín.

Tras más de quince días fuera de casa, Nadal pisó el aeródromo palmesano acompañado por su familia, su cuerpo técnico y rodeado de una gran expectación. Una marabunta de periodistas y curiosos esperaban al número uno del mundo en el recinto de llegadas. "¡Bravo Rafa!", "¡Eres el mejor!" o "¡Fenómeno!" fueron algunos de los vítores que escuchó el tenista mientras empujaba su carro por la terminal mallorquina.

Alejado del bullicio y mientras Carlos Moyá se reencontraba con su familia, Nadal admitió sentirse algo "aburrido" de contestar siempre a las mismas preguntas, en alusión a la retirada de su tío como entrenador, y reconoció que su "relación con Toni va a seguir siendo muy estrecha" puesto que va a estar muy vinculado a la Academia que lleva su nombre: "Toni tampoco se va a ir a vivir a ningún lado, trabajará en la academia donde yo entreno prácticamente a diario y vive a escasos 200 metros de mi casa. La vida con mi tío no va a cambiar, simplemente ha tomado la decisión de volcarse en otras facetas y me parece totalmente respetable. Seguro que lo va a hacer muy bien".

La Copa de Maestros, que se celebra desde el próximo 12 de noviembre, es una de las pocas espinas que Nadal tiene clavadas desde que empezará a destacar en el circuito de la ATP. Tras su impresionante temporada, el manacorí pone la mirada en el último gran torneo del calendario: "Aspiro a ganar la Copa de Maestros desde hace diez años. Al final he sido un jugador que ha sido número uno, dos y tres casi cada año y es normal que aspire a este torneo, otra cosa es que no lo haya conseguido ganar y otra, que la superficie siempre es la más complicada".

"Ni me imaginaba tener el número uno ni me lo dejaba de imaginar. Trabajo en el día a día, hago las cosas de la mejor manera posible para intentar estar preparado para lo que venga y hay veces que las cosas salen mejor y otras peor. Este año, por ahora, las cosas han salido muy bien y estoy muy contento y agradecido con la gente", expuso el número uno del mundo.