Toni Nadal se despide a lo grande, con un nuevo título de Grand Slam, el decimosexto de su carrera, todos los que lleva junto a su sobrino. Cuando el pasado mes de junio entregó la copa de los mosqueteros a su pupilo en la pista central, en el décimo título en Roland Garros, seguro que no podía imaginar que iba a conquistar otro gran título, y que sería el de su despedida como entrenador del mejor tenista español de todos los tiempos y posiblemente el más grande deportista.

Sin hacer ruido y con ganas de alejarse de los focos en su condición de entrenador de una de las leyendas vivas del deporte. Toni Nadal (Manacor, 1961) ha decidido dejarlo porque, dice, a sus 56 años está cansado de dar la vuelta. Y porque quiere dedicarse en cuerpo y alma a la Rafa Nadal, su gran pasión, para volver a sus orígenes, trabajar con los más pequeños, desde la base.

El anuncio de su abandono le define como persona que actúa con una naturalidad llevada al límite. No dio la noticia en una multitudinaria rueda de prensa, como cualquier entrenador de un mito del deporte probablemente hubiera elegido, sino en unas declaraciones a una web italiana que, inmediatamente, corrieron como la pólvora. "Esta es mi última temporada con Rafa. Hasta los 17 años lo decidía todo yo. Cada año que pasa decido menos, llegaremos al punto en el que ya no decida nada", fueron sus sorprendentes declaraciones el 11 de febrero, realizadas posiblemente sin ser consciente del revuelo que provocarían.

Él es el primero en quitarle trascendencia porque su adiós no significa que su pupilo quede huérfano. Queda en buenas manos. Las de Carlos Moyá y Francis Roig, que llevarán el tramo final de la carrera del campeón. El todavía entrenador de Nadal no siente nostalgia. Pero difícilmente se le volverá a ver en la grada contemplando a su sobrino. Toni Nadal ha elegido una nueva vida. Su legado queda ahí, el del entrenador de tenis con mejor palmarés de la historia, pero sobre todo, el de la persona que formó con una disciplina espartana al que es considerado un deportista modelo.

Nadal fue preguntado el domingo por su tío Toni: "Es una enseñanza diaria. No le podré agradecer nunca lo suficiente. Sin él nunca hubiera jugado al tenis. Me dio la motivación para entrenar duro y pude superar todos los problemas que he ido teniendo gracias a que me hizo más fuerte".