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El rincón de pensar

Señales positivas en el inicio

Estamos ante una temporada deportiva de sufrimiento y en el que las esperanzas en lograr los objetivos marcados son muy altas. El inicio apunta bien, pero falta mucho camino

Señales positivas en el inicio Guillem Bosch

Se han completado cuatro jornadas desde que comenzó la temporada en el infierno del Real Mallorca en Segunda División B, una categoría a la que nunca debió caer el inquilino de Son Moix, pero a la que ha vuelto tras casi cuatro décadas. La que debe ser una corta travesía en este desierto futbolístico se ha iniciado bien. De momento, el equipo de Vicente Moreno está imbatido y ha sumado diez de los doce puntos posibles, dejándose solo dos ante su máximo rival, el Atlético Baleares, otro de los que deben estar luchando por la promoción de ascenso.

Todas las señales son por ahora positivas. La afición ha respondido a las mil maravillas y se han superado de largo los 7.000 abonados, obligando al club a abrir parte de la tribuna de Sol. El fútbol desarrollado deja bastante que desear, si exceptuamos el partido de ayer en el que el equipo demostró su potencial, especialmente tras la entrada en el campo de Salva Sevilla, un ´galáctico´ para lo que se puede ver en la categoría. Aún así queda mucho por sufrir y hay que recordar que ni siquiera ser campeón garantiza el ascenso a Segunda, porque existen unas eliminatorias a superar. Lo que prima ahora es el resultado. Mientras todo siga como hasta ahora, con el Mallorca compartiendo liderazgo, hay muy pocas cosas que criticar en lo deportivo, aunque tenemos un listón muy bajo.

El Atlético Baleares, en la pomada

El Mallorca está acompañado este año en el pozo de Segunda B por su eterno rival ciudadano, el Atlético Baleares, que está demostrando que no quiere jugar un papel de comparsa en la categoría. El equipo de De la Morena también ha tenido un buen arranque y tras el tropiezo de la primera jornada ha enmendado la trayectoria. Mal que les pese a algunos, sería bonito que la temporada fuera un tete a tete en lo más alto de la tabla entre los dos equipos palmesanos.

El sueño blanquiazul de volver a un remodelado Estadi Balear podría ser el empujón definitivo para una afición que sigue demostrando su fidelidad, como lo prueba el último derbi y el número de socios del equipo de la Vía de Cintura. Es muy pronto para saber qué pasará, pero en este caso las señales son también positivas. Habrá que ver cómo avanza la Liga.

Salvados por la campana

En cuestiones de otros deportes menos mediáticos que el fútbol, las cosas se han desarrollado con más dificultades, aunque al final ha habido un desenlace feliz.

El Palma Voley, amenazado de desaparición tras la retirada de Damià Seguí, ha conseguido sobrevivir por el empeño de Marcos Dreyer, que ha hecho mucho más de lo que se espera de un simple entrenador. Su ardua labor de búsqueda de patrocinadores para que un equipo que había logrado el doblete en Superliga y Copa siguiera adelante ha dado sus frutos gracias al patrocinio de Urbia y al de algunos fieles aficionados que han aportado su granito de arena a través del c rowfunding. Hubiera sido una lástima cerrar un proyecto así.

También se ha salvado el Palma de Básquet que, merced al apoyo de Iberostar, podrá también luchar por un añorado ascenso a la ACB, o lo que pueda.

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