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Minuto 91

Nadal nunca falla

Nadal nunca falla Reuters

Rafel Nadal la ha vuelto a liar. De forma brillante se ha hecho con su tercer Abierto de Estados Unidos al borrar de la pista al sudafricano Kevin Anderson en tres sets. Es su quinto título del año, su decimosexto Grand Slam, cifras de vértigo a las que solo ha llegado el incombustible Roger Federer. El año de Nadal, con 31 años cumplidos, es para enmarcar. Su afán competitivo, sus ganas de ganar le convierten en un deportista único, el mejor español de la historia y, por derecho propio, entre los más grandes de todos los tiempos.

A vueltas con la Copa. Cada temporada se repite la misma historia. Escuchas la rueda de prensa previa a un partido de Copa del entrenador de turno del Mallorca y el discurso es, más o menos, el siguiente: "No tiramos la Copa, es un torneo que me gusta, nos interesa llegar lejos por el prestigio del club" y milongas por el estilo. Después de la meteórica eliminación, por quinta temporada consecutiva, el mensaje fue el de siempre: "Hay que pensar en la Liga", o "de nada sirve lamentarnos". Si realmente hubiera interesado la Copa a Vicente Moreno hubiese puesto en liza a sus once mejores hombres, que es lo que hizo ayer ante el Saguntino porque, en realidad, la competición que le interesa, ocupa y preocupa es la Liga. Y es verdad que el torneo de la regularidad ha de ser el primer y casi único objetivo. El ascenso es la única meta posible para un Mallorca construido para regresar a la categoría perdida. Pero si una plantilla de 25 jugadores no es capaz de competiren dos torneos a la vez, apaga y vámonos. Era Fernando Vázquez, y tenía razón, el que decía que le interesaba llegar lo más lejos posible en la Copa porque le ayudaba a que nadie se relajara y todos tuvieran oportunidad de jugar. Con una plantilla tan amplia, por lo menos una docena de jugadores ya saben que, salvo contratiempos en forma de lesiones o sanciones, se van a pasar en blanco gran parte del curso. El Mallorca ha perdido una buena ocasión para mantener viva la ilusión de una afición que soñaba con la visita de un grande.

El abandono forzado de Abrines. El jugador mallorquín se ha visto obligado, muy a su pesar, a abandonar la concentración de la selección española que defiende el título en el Eurobasket. El motivo, la exigencia de su equipo, Oklahoma City Thunder, para que no arriesgue y su lesión vaya a más. A diferencia de lo que ocurre en el fútbol, los clubes mandan sobre las selecciones, y es normal que ocurra porque ya dicen que quien paga manda. Los clubes de la NBA invierten mucho dinero en sus profesionales como para que regresen lesionados de un torneo que, para ellos, no tiene la más mínima importancia. Los clubes de fútbol deberían aprender del baloncesto, siempre por delante y aplicando la lógica en sus decisiones.

Contador y Enric Mas. El ciclista de Pinto, ganador de Vuelta, Giro y Tour -siete grandes en su palmarés, que se dice rápido-, posiblemente el corredor español más grande de la historia, con permiso del gran Miguel Indurain, puso ayer punto y final a su brillantísima trayectoria en el pelotón internacional. Y lo hizo a lo grande. Fuera del podio, pero qué más da después de las continuas exhibiciones que ha realizado en las etapas de montaña, con espectáculo de primerísimo nivel, en la Vuelta que finalizó ayer. Contador se va, y se le va a echar de menos, pero antes ya ha designado a su posible sucesor, el artanenc Enric Mas, según el pinteño, el más preparado para tomar el relevo "y capacitado para luchar por las grandes vueltas". Sin duda, un elogio de altura por venir de quien viene. Un halago que debe servir de acicate para el mallorquín.

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