El campeón olímpico Marcus Cooper Walz (CN Portopetro) reconoció ayer, tras ganar la medalla de oro junto al gallego Rodrigo Germade en la prueba de K2 500 metros de los mundiales de piragüismo de Racice (República Checa), que "casi" no se creía el "carrerón" que les había salido.

"Estamos contentísimos, casi no me lo creo. Es una pasada poder sacar esta medalla de oro (...). Hemos entrenado muy duro estos últimos meses y con muchísima ilusión. Era una modalidad que llevábamos tiempo queriendo hacer y nos ha salido una pasada de regata, no solo por el hecho de ganar que es una pasada, pero nos ha salido un carrerón", explicó en unas declaraciones facilitadas por la Federación Española.

En su opinión, Germade y él salieron "muy fuertes" y se fueron desde el principio. "Impusimos un ritmo medio superbueno y, por así decirlo, relativamente cómodo y preparando el ultimo tirón final. No han sido capaces de cogernos y hemos llegado a meta y ha sido una alegría enorme", añadió.

El campeón olímpico tuvo sensaciones "muy buenas" en una carrera "soñada" porque salió todo "prácticamente" como habían previsto. En mitad de la prueba impusieron un ritmo muy fuerte y duro "y la piragua no se frenaba", lo que le da "una subida y una sensación de disfrute dentro de la misma prueba que es una maravilla", admitió.

Por su parte, su compañero Rodrigo Germade explicó que el K2 500 es una prueba que le gusta mucho. "Es una de mis favoritas y ahora mismo, aunque se lleva haciendo toda la vida, comienza a aumentar la participación al haber sido incluida en el programa olímpico".

"En este campeonato ya se notó que el nivel aumentó bastante. Las sensaciones en la regata también fueron muy buenas y nos quedamos con eso de cara a un futuro", dijo el nuevo campeón mundial.