No ganó, se quedó con la miel en los labios, pero Enric Mas (Quick Step) demostró de lo que es capaz en una etapa en la que se presentó a la elite del ciclismo internacional en una ronda grande. El mallorquín fue tercero después de evidenciar su talento y descaro, como si no tuviera veintidós años, en la sexta etapa de la Vuelta a España disputada entre Vila-Real y Sagunt, de 2014,4 kilómetros. El polaco Tomasz Marczynski (Lotto-Soudal) le ganó la partida al artanenc y a Pawel Poljanski (Bora-Hansgrohe), que fueron los últimos supervivientes de una escapada que marcó la jornada. Además, Froome mantuvo el jersey rojo de líder.

Mas dejó claro que quiere despuntar en su estreno en la ronda española y, de hecho, fue reconocido en la meta como el más combativo de la jornada. "Ser tercero en una etapa en mi debut está muy bien y vamos a disfrutarlo", dijo en la meta. El de Artà se mostró rotundo al no considerar que hubiera fallado en su estrategia en los últimos metros para luchar por la victoria porque "sabía que (Tomasz) Marczynski era más rápido, pero yo también tengo punta de velocidad y por eso he lanzado el esprint", explicó. No obstante, Mas promete seguir dando guerra en esta Vuelta. "Siempre que se puede hay que intentarlo. Ahora vamos a disfrutar y a descansar tras este tercer puesto", dijo satisfecho.

Fue un día muy movido, de desgaste en el que Alberto Contador volvió a revolucionar la carrera con un ataque en el Puerto del Garbí que obligó al líder a emplearse a fondo y puso en apuros a los hombres fuertes de la general, que finalmente llegaron juntos a meta a 26 segundos del ganador. No todos estaban, pues David de la Cruz cedió al líder 17 segundos, el estadounidense Van Garderen, que sufrió dos caídas, 22 y el francés Romain Bardet se hundió con un retraso de 6 minutos. No hubo estropicios en la general, donde se mantuvo firme Froome, que tuvo que bailar al son de Contador, pero sin perder los nervios ante los ataques del madrileño, quien echó en falta más colaboración de otros equipos interesados en el podio.

Froome aguantó en el primer escalón con los mismo 11 segundos sobre el colombiano Esteban Chaves y 13 respecto al irlandés Nicolas Roche (BMC). Van Garderen retrocedió del segundo al cuarto puesto, a medio minuto. Etapa de teórica tregua, que no de vacaciones a pesar de que la Vuelta huele estos días a Mediterráneo. Tras la salida al costado del estadio El Madrigal de Vila-real la batalla no se hizo esperar y enseguida el pelotón se dividió entre 27 escapados y 164 perseguidores que rodaron al compás que marcó un día más el Sky del patrón Froome.

Entendimiento inicial en la avanzadilla, donde viajaban además del polaco vencedor el balear Enric Mas, José Joaquín Rojas, Marc Soler (Movistar), 'Luisle' Sánchez (Astana), y el líder de la montaña, Villella (Cannondale), entre otros. Fuerte ritmo en el ascenso al Alto de Alcudia y Puerto de Eslida, e intento de Jungels y Monfort en el Alto de Chirivilla, pero sin éxito, pues la presión de los hombres y Astana les arruinó sus intenciones en las primeras cuestas del Puerto del Oronet, por donde el grupo de favoritos pasó a 2.30 minutos.

Entró la fuga en las rampas del último puerto de la etapa, el Puerto de Garbí (2ª categoría), con sus 9,3 kilómetros al 5,1% de porcentaje medio. Y en ese escenario apareció Contador en versión ofensiva para romper el orden del Sky con un cambio de ritmo que saltó las alarmas en la tropa de Froome, obligado a soldarse a la rueda del madrileño. Un cambio de ritmo que aisló a Froome, seleccionó el grupo de los gallos y redujo las diferencias a 1.37 minutos sobre el grupo delantero. Insistió el de Pinto en sus ataques hasta quedarse con Froome y el esloveno Polanc.

La escapada parecía sentenciada, pero la rebelión se mantuvo en Marczynski, Enric Mas y Poljanski. Dos polacos y el artanenc, armados de ilusión y fuerza y decididos a no estropear una interminable fuga de todo el día. Apenas unos segundos resultaron suficientes para jugarse la victoria entre ellos, mientras por detrás los favoritos se volvían a juntar, ya conformes.

Al final lo intentó el más joven del trío, Enric Mas, pero la respuesta de Marczynski fue letal. El mallorquín se quedó con las ganas, pero esto solo acaba de empezar en su prometedora carrera. Hoy se disputa la séptima etapa entre Llíria y Cuenca, con un recorrido de 207 kilómetros.